Piénsalo. ¿Qué pasaría si un día entramos en internet y no encontramos la Wikipedia? No podríamos saber la fecha exacta de nacimiento de Franz Kafka o si Inés Arrimadas existe de verdad y no ha sido diseñada en el ordenador de Albert Rivera. Obviamente, en internet existen muchos otros focos de información, pero su dispersión provoca un acceso más lento al dato concreto que buscamos. Y luego están los libros, pero, ¿quién está dispuesto a estas alturas a abrir un libro para buscar la fecha de nacimiento de un escritor? Eso es de otro siglo…
Wikipedia es una de las mejores cosas que han sucedido en internet desde su consolidación. Se trata de un proyecto único que se nutre de la colaboración de millones de personas en todo el mundo. El término Wikipedia se ha incorporado la cultura popular como lo han hecho Facebook, Twitter o Google, pero la denominada enciclopedia libre es otra cosa. Es algo más.
¿Cómo surge Wikipedia?
Parece que ha existido siempre, pero la Wikipedia no ha alcanzado todavía la mayoría de edad. En enero de 2016 cumple 15 años. Fue el 15 de enero de 2001 cuando Jimmy Wales puso en marcha el proyecto junto a Larry Sanger.
Wales había desarrollado Nupedia, el embrión de la actual enciclopedia libre, en el año 2000. Tras hacer fortuna como especulador para una compañía financiera de Chicago, y ensayado su primer proyecto en internet con Bomis, un motor de búsqueda erótico (eso pone Wikipedia), decide crear una enciclopedia en la red, una versión digital de las populares enciclopedias que han tratado de abarcar el saber humano desde hace siglos.
Pero Wales, siguiendo la tendencia colaborativa de moda en internet, adapta el concepto al siglo XXI.
Nupedia no terminó de funcionar, y Wales y Larry Sanger, su redactor jefe, decidieron darle una vuelta de tuerca. Aparecen las wikis, término en hawaiano que significa “rápido”, y echa a andar Wikipedia que pronto se consolida desapareciendo definitivamente Nupedia, el proyecto original.
¿Cómo funciona Wikipedia?
Como sabemos, esta enciclopedia se nutre de las colaboraciones y las correcciones de millones de voluntarios. De esta forma, cualquier internauta puede cambiar una wiki o elaborar una nueva, sin ni siquiera estar registrado. Se recomienda seguir el manual de estilo que facilita Wikipedia y también existen los foros de discusión para debatir acerca de los cambios o los errores de una entrada.
Larry Sanger habló en su día de “antielitismo” un concepto polémico que, de alguna manera, está detrás de este proyecto y que lo diferencia de las enciclopedias tradicionales. El saber debe estar al alcance de todos y todos pueden generarlo. La enciclopedia no la desarrollan las personas más eminentes del planeta, desde la torre de marfil de una Universidad. Se hace entre todos, entre todos los que quieran colaborar.
Todo esto suena bien, pero tiene sus aspectos negativos. Gente que muere en Wikipedia y está perfectamente sana y en su casa, la lluvia ácida que se convierte en un “montón de mentiras” o el fulano que desarrolló un nuevo concepto matemático. La frase exacta decía así:
“No fue hasta el año 1899, que un fulano descubrió que se trataba de la misma operación”.
La esencia colaborativa de la Wikipedia también abre posibilidades a los más cachondos, es un precio que hay que pagar, y a veces con gusto… Pero también conlleva discusiones bizantinas, cientos de cambios cada día en un tema polémico.
Así mismo, recientemente se expulsaban a casi 400 editores que cobraban por subir y mantener contenido en la web. Ofrecían sus servicios a particulares y empresas para crear publirreportajes.
Cualquier internauta con sentido común sabe distinguir el grano de la paja o cuando es el propio personaje el que ha escrito una hagiografía de sí mismo para promocionar su excelencia a través de esta enciclopedia. Y no citaremos ejemplos.
¿Y cómo se financia?
La Fundación Wikimedia se encarga de gestionar las donaciones que recibe el proyecto. El año pasado trató de recaudar 50 millones dólares en una campaña de donación y hace pocos meses volvían a pedir apoyo a los internautas. La mayor parte de este dinero se destina a gastos de hosting, ingeniería y software. Se trata del quinto portal más visitado del mundo y necesita bastantes fondos para funcionar adecuadamente. Google, por ejemplo, donó recientemente 2 millones dólares, convirtiéndose en uno de los mayores benefactores el proyecto.
Pero tal vez un día, el dinero no llegue y la Wikipedia tenga que echar el cierre. Recuerdo una discusión en la etapa universitaria entre defensores y detractores de Wikipedia. Estos últimos la acusaban de falta de rigor científico a la web. No es la enciclopedia británica, no debe ser la base para hacer una tesis de 1000 páginas sobre Kafka, pero ayuda todos los días a millones de personas a acceder a datos e información. A conocimiento. Su desaparición sería un golpe a la esencia misma de internet. Esperemos que no suceda y nos tengamos que conformar con poner “no me gusta” en Facebook.