El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, ha asegurado que España se puede permitir bajar los impuestos y además lo necesita para dar un respiro a los trabajadores, empresas y familias y para que, al haber más dinero circulando, aumente la inversión y el consumo y se impulse así la actividad económica.
Así lo ha señalado Montoro durante su comparecencia en el debate sobre la reforma fiscal en el Pleno del Congreso, donde ha dicho que el país se puede permitir esta rebaja fiscal porque la mejora del cuadro macroeconómico está devolviendo la confianza, porque la actividad y la lucha de la Agencia Tributaria están impulsando la recaudación y porque no se perjudicará a la financiación de la economía si se mantiene la contención y austeridad en el gasto público.
Además, Montoro ha recordado que el Gobierno prometió a los ciudadanos que bajaría los impuestos en las elecciones del año 2011. Aunque las circunstancias han llevado al Ejecutivo a retrasar el cumplimiento de este compromiso, Montoro ha aseverado que ha llegado el momento de llevar a cabo esta promesa.
El ministro ha explicado que la reforma nace con un doble objetivo: compensar a los contribuyentes por los esfuerzos hechos a lo largo de la crisis para controlar el déficit e introducir diversos factores de estímulo para consolidar la recuperación incipiente y afrontar nuevos horizontes de crecimiento y creación de empleo.
A su juicio, la reforma convertirá a los ciudadanos en un motor para la recuperación y ha que la sociedad, que hasta ahora ha sostenido el Estado de bienestar, se convierta ahora en la protagonista del relanzamiento de la economía con sus decisiones de ahorro, consumo e inversión. “Son los ciudadanos los que van a llevar el barco a buen puerto”, ha dicho.
Según Montoro, la reforma es el “motor” que se necesita a estas alturas de crisis, porque es el “canal” que pondrá más dinero en los bolsillos de los ciudadanos y hará que intervengan más en la economía. “Es el instrumento para consolidar el camino emprendido”, ha dicho, tras asegurar que hará que el crecimiento mantenga un ritmo ascendente y que se fortalezca la creación de empleo.
De hecho, se ha mostrado convencido de que será un “instrumento fundamental” de política para el final de la legislatura porque impulsará el empleo, mejorará la competitividad de las empresas, dinamizará el ahorro y la inversión y hará que el sistema sea más equitativo.