Las especulaciones sobre una guerra comercial han estado dominando los titulares en los últimos días, y los inversores se han asustado de que los últimos aranceles estadounidenses puedan provocar represalias por parte de otras economías importantes. La “buena noticia” es que la reciente acción de precios nos ha dado una idea de qué esperar en los mercados financieros si la situación se agrava desde aquí.
La semana pasada, cuando la administración estadounidense anunció sus planes de aplicar aranceles a las importaciones de acero y aluminio, la narrativa comercial se convirtió en el centro de atención. El anuncio incitó a las principales economías, como la UE, a indicar que responderán a las medidas proteccionistas en especie e introducirán sus propios aranceles sobre los Estados Unidos, generando temores de que la situación podría degenerar rápidamente en una guerra comercial de represalias. A partir de aquí hay que preguntarse quiénes serían los perdedores de una guerra comercial.
Entre los perdedores, nos encontraríamos a Australia que es una economía centrada en las exportaciones, por lo que podría sufrir un duro golpe en caso de desaceleración del comercio mundial. Además de eso, es muy sensible a los acontecimientos en China y, como tal, una desaceleración de la economía china debido a los aranceles probablemente también afectaría a Australia. Curiosamente, aunque el dólar neozelandés comparte muchas cualidades similares, no ha respondido muy negativamente a las tensiones.
Canadá es otro importante exportador de productos básicos y, dado que exporta la gran mayoría de sus productos directamente a los Estados Unidos, es probable que su economía sufra en caso de que aumente el proteccionismo. Mientras que Canadá obtendrá una exención de los impuestos sobre el acero y el aluminio, según la Casa Blanca, la duración de esta exención dependerá del progreso de las negociaciones del TLCAN, su acuerdo comercial.
Las monedas de las economías emergentes también estarían bastante indefensas. La mayoría de estas naciones son muy sensibles al apetito de riesgo de los inversores y al comercio mundial, y si los volúmenes comerciales caen, sus monedas podrían seguir el ejemplo. Ejemplos destacados son el peso mexicano y el rand sudafricano. En el caso de México, Estados Unidos dijo que será excluido al igual que Canadá, pero eso no quiere decir que la moneda esté ahora “fuera de peligro”.
El dólar se debilitó notablemente luego de que se anunciaran los aranceles. Sin embargo, perdió terreno principalmente frente a las principales divisas, como el euro y la libra esterlina, mientras que logró ganar terreno frente al rand sudafricano. Por lo tanto, los mercados parecen estar especulando que el aumento del proteccionismo en los Estados Unidos vería a su propia economía tener un desempeño peor que el de otras economías desarrolladas como la Eurozona, pero mejor que el de las economías emergentes que se verían más afectadas por las restricciones comerciales. Por lo tanto, la escalada de las tensiones comerciales puede ejercer presión al alza sobre pares como el euro/dólar y la libra esterlina/dólar.
Es probable que la renta variable sea uno de los activos de peor rendimiento en un entorno de guerra comercial. Hay excepciones, por supuesto, que se detallan a continuación. Hablando de los mercados bursátiles en general, sin embargo, es probable que salgan perdiendo, ya que las empresas se enfrentan a costes más altos debido a los aranceles, y también les resulta más difícil vender sus productos en el extranjero. Al final, los beneficios empresariales probablemente se verían afectados, ejerciendo una presión a la baja sobre los precios de las acciones.