Se acaba el verano y poco a poco iremos volviendo todos a retomar el curso de nuestras rutinas. Recomienza el curso político con los mismos nubarrones que antes del verano pero con la tormenta ya encima, y recomienza el curso escolar, con la cuesta más pronunciada del año para cualquier economía doméstica, más allá incluso de la famosa cuesta de enero.
Las previsiones de este año en concreto, según datos de la FUCI (Federación de Usuarios y Consumidores Independientes), avisan de que llenar la mochila va a suponer un coste adicional del 1,2% respecto al año pasado. La vuelta al cole costará a las familias españolas 869 euros de media, una cifra que representa un 2,98% de los 29.188,19 euros que gasta un hogar al año, a partir de los últimos datos de la Encuesta de Presupuestos Familiares del INE. Hay que tener en cuenta que, dentro de este importe está incluido, ya no sólo el material escolar, sino también el resto de equipo tal como ropa, calzado, etc. necesario para el comienzo de curso.
Con respecto al curso anterior, el gasto medio de la vuelta a las aulas se ha mantenido prácticamente estable, aumentando tan solo 10 euros con respecto a 2017, manteniéndose en la tónica de años anteriores, en los que se puede apreciar que desde 2008 los gastos escolares han pasado de 825 a los actuales 869, suponiendo un aumento del 5,4% en 10 años. Sin embargo este dato de subida moderada contrasta con los de la caída generalizada de los ingresos de las familias: en el mismo periodo de tiempo el presupuesto familiar ha caído, de media, un 8,7%, al pasar de 31.953 euros a 29.188,19 euros.
En total, estos costes generarán una factura que superará los 7.000 millones de euros (7.443,2 millones) a nivel nacional. En un contexto en el que el 9,3% de los hogares asegura llegar a final de mes “con mucha dificultad” y un 37,3% no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos.
Para ayudar a sobrellevarlo muchas familias logran acceder al sistema de becas que Estado y Comunidades Autónomas tienen establecido. De hecho, el año pasado las distintas partidas de ayudas alcanzaron 2.172,4 millones de euros, lo que supuso un aumento del 6,94%. Pero como el número de ayudas aumentó un 12,39%, el resultado final fue que la prestación por alumno descendió un 4,84%, pasando de 660,53 a 628,54 euros.
Para rebajar este importe, entre otras recomendaciones, la OCU aconseja desde hacer una lista y comparar precios en distintos establecimientos, hasta no hacer las compras con los niños para evitar compras compulsivas impulsadas por ellos. Igualmente, en lo que se refiere a los gastos en ropa o calzado, recomiendan, en la medida de lo posible, escalonar las compras; y en lo que se refiere a libros de texto, buscar fuera de las tiendas en las web de consumo colaborativo, tales como Bookint, BolsaDeLibros, Donaz o TruequeBook.
El gasto, por Comunidades Autónomas, también se muestra muy desigual para el inicio de curso. En tres comunidades autónomas –Andalucía, Navarra, y Comunidad Valenciana– los libros para primaria y ESO son totalmente gratuitos en los centros públicos y concertados. En el caso de Navarra, la última en adherirse al plan, el problema está en los límites. El Gobierno Foral aporta a los centros 88 euros para los libros de primero y segundo de primaria, 105 euros para tercero, cuarto, quinto y sexto de primaria, y 182 euros para todos los cursos de la ESO. Deja en manos del centro, sea público o privado, la posibilidad de adherirse al sistema de gratuidad dependiendo de si éste considera si la ayuda es o no suficiente para cubrir el coste de los libros que elija.
En Melilla la gratuidad solo concierne los alumnos de infantil y primaria, y las Administraciones de Ceuta, La Rioja y Murcia han anunciado que inician su programa durante este curso, aunque serán necesarios varios años para que todos puedan beneficiarse de ello, como es habitual. En Extremadura sólo las familias con las rentas más bajas pueden beneficiarse de la gratuidad de los libros. En el resto de comunidades, existe en todas algún tipo de ayuda. Casi siempre relacionada con algún sistema de préstamos y reutilización de libros.
Por otro lado, y como viniendo al caso, según la Confederación Española de Padres y Madre del Alumnado (CEAPA), en un informe publicado el año pasado, está creciendo el número de familias que tienen que asumir una serie de cobros (o copagos) para ayudar al normal funcionamiento de los centros educativos. Este hecho, cada vez más común en todas las Comunidades, es de especial relevancia en Cataluña y consiste en una cuota anual o mensual para pagar la calefacción, el agua, la luz, el papel higiénico o el jabón, que las familias asumen porque desconocen que no deben hacerlo o que los pagan para que sus hijos no sean señalados.
Así, según la CEAPA, que tiene 11.000 colegios asociados en toda España, cada vez es más común, sobre todo en centros concertados, pero con un gran crecimiento en los públicos, que se pidan a las familias una serie de pagos, normalmente a principio de curso, aunque también existe la modalidad de mensualidades, destinados a conseguir ingresos para hacer frente a gastos de calefacción, electricidad o mantenimiento. Sin ir más lejos, el año pasado los padres de Cataluña hicieron frente a una media de 70 euros de pago al inicio de curso en lo que constituiría una completa ilegalidad. El que el origen sea una mala gestión de los colegios unida a un alto grado de dejadez de las familias o que sea fruto de los recortes en educación nunca reconocidos de años pasados, cuando la crisis campaba, es un debate bizantino, ya que la realidad es que, por ilegales, no deberían existir.