Esta archiconocida frase del ex-entrenador Barcelonista Louis Van Gaal, dirigida a los periodistas deportivos, empecinados en resaltar los aspectos negativos del juego del F.C Barcelona durante una etapa de crisis de juego “Culé”, nos viene que ni pintada a la situación nacional. Imagináis a Zapatero, en el congreso gritándole a Rajoy “SIEMPRE NEGATIVO, NUNCA POSITIVO!!! TU ERES MUY MALO!!!
En este país, las cosas van de un extremo al otro, cuando hace un tiempo todo iba “viento en popa”, los que decían que el modelo no era sostenible, eran tachados de agoreros, y la prensa vendía la fortaleza del mercado español, de las grandes corporaciones como salían al extranjero a comprar, como el milagro español estaba reconquistando el mundo, y ahora resulta que todo es de color negro, todo es negativo y citando a otro Barcelonista (Joan Laporta) “OJO, QUE NO NOS LA DEN, QUE NO ESTAMOS TAN MAL!!!
Creo que la actual crisis mundial está trayendo muchos efectos negativos, pero deberíamos buscar también las consecuencias positivas. La mirada optimista es algo que nunca debe perderse. En las escuelas de negocios, para ilustrar esta idea, se explica que en una cultura milenaria como la China, las conceptosse verbalizan mediante la misma palabra.
Veamos una pequeña lista de oportunidades que nos da la crisis.
- Muchos de los que lo están pasando mal, están aprendiendo finanzas a marchas forzadas, y dudo mucho que se vuelvan a producir suicidios financieros en masa como los que se han producido estos últimos años y si la memoria no flojea, no permitirán que sus hijos lo cometan.
- El descenso brusco del consumo, hace descender la inflación, y con ello los tipos y el euribor se relajan, bajando las cuotas hipotecarias.
Tengo la esperanza que el aprendizaje del punto 1 sumado a la bajada de cuotas del próximo año del punto 2, permitan una salud financiera mejor para las familias españolas durante los próximos años. - El paro será evidentemente un problema para mucha gente, pero el tiempo de paro, es un momento ideal para la formación. Si de repente hubiese 4 millones de españoles aprendiendo algo, el capital humano español mejoraría. Podemos verlo como una oportunidad de salir un poco de la industria de poco valor añadido que tenemos en España, para que en el momento de la recuperación económica, dejemos de estar a la cola del valor añadido y de la productividad europea.
- Los mercados especulativos parece que están en declive por la poca confianza, tanto bolsa como vivienda, sufren grandes bofetones. Con un poco de suerte, aprenderemos que no es normal que alguien gane con la venta de un piso lo que no ha sido capaz de ganar en toda su vida trabajando, dejando endeudado de por vida a un tercero.
- Están saliendo a la luz y explotando muchas burbujas que ni sabíamos que existían, como restaurantes, muebles, vehículos y electrodomésticos. Solo hace falta ver lo que vale un portátil hoy. ¿No os sentís engañados cuando llegan catálogos repletos de ofertas al buzón y veis lo que valen y lo que valían?
- Reactivación del mercado de reparaciones de todo tipo, reduciéndose a su vez el volumen de residuos que vertemos. ¿Cuantos electrodomésticos se han tirado a la basura estando en perfecto orden de uso?
- Racionalización del consumo, lo que provocará un reducción del impulso de compra que nos hacía comprar cosas inútiles o sin comparar precios, produciéndose un efecto de “selección natural” en el que solo sobrevivan las empresas mas eficientes.
- Reducción de márgenes en la intermediación que tanto ha perjudicado a la sociedad y que tanto ha enriquecido a unos pocos. Por ejemplo, a raíz de los escandalosos márgenes que se llevaban los intermediarios alimenticios, he empezado a ir al mercado a comprar la fruta y verdura y he descubierto un par de cosas, que el precio es menor y el sabor de los tomates.
- cayendo tópicos como que “la vivienda nunca baja”, “el euribor jamás puede subir por encima del …”, “alarga plazos para ir mas desahogado” y a nivel internacional se ha hundido en la miseria la frase lapidaria vigente hasta el momento del “to big to fall” (demasiado grande para caer).
- A los que compraron vivienda para vivir (parece mentira que haya que redundar de esta forma) les bajarán la cuotas y a los que compraron para especular se les ha jodido el chollo. En general, la perdida de rentabilidad por encima de la media, apartará del mercado a los indeseables.
- A los que prefieren el alquiler, el aumento de oferta, podría por lo menos, mantener los precios estables unos años.
- La sociedad es un ente inteligente cuando se encuentra en apuros, surgen espontáneamente ideas muy buenas, como el Banco del Tiempo.
El Banco del Tiempo es una comunidad que utiliza como moneda de cambio “la hora” y las habilidades personales. Yo ofrezco mis servicios sin ninguna contraprestación monetaria (normalmente), y mediante unos cupones que rellena quien recibe mis servicios, puedo ir acumulando “tiempo”. Posteriormente, puedo ir a la sede del banco del tiempo y canjear los servicios prestados por otros. Uno de los pioneros en desarrollar experimentos en torno al banco del tiempo fue el anarquista norteamericano Josiah Warren.
En un reportaje que se emitió en la televisión catalana, salieron varios ejemplos. Un joven informático soltero que por las tardes daba clases de Windows y Office a nivel usuario a varias amas de casa, y luego, con el “tiempo” que había ganado, pasaba por casa de una mujer mayor que le daba en un tupper la cena y la comida del día siguiente. Esta señora mayor se ofrecía a cocinar y a planchar para los demás, y a cambio, ganaba el “tiempo” de un fontanero, de un lampista, de una masajista o simplemente el de un apersona que le hiciese compañía o la acompañara a comprar.
El tiempo es una moneda no susceptible a especulaciones, resiste la inflación, es muy estable, por la que ninguna entidad financiera te va a cobrar intereses y por la cual Hacienda no te puede aplicar ningún gravamen. Más importante aún, revitaliza la vida misma de la comunidad.
Evidentemente, este sistema no puede remplazar el actual sistema monetario, el dinero y los bancos son absolutamente necesarios, pero cuando encontramos alternativas, por pequeñas que sean, dejamos de ser tan dependientes del sistema y quebramos (ni que sea levemente) el monopolio.