El parque de tarjetas de crédito se ha multiplicado de forma extraordinaria en España en los últimos años a pesar de tres años de caída por los efectos de la crisis. Si hace apenas una década suponía una cuarta parte respecto a las de débito, después de multiplicarse por cuatro ya supera su número, 42 millones de tarjetas de crédito frente a 27 de débito.
Este proceso de introducción ha sido largo, y costoso por parte de las entidades emisoras de tarjetas, ya que el concepto de pagar a crédito costaba de inculcar dentro de la cultura financiera de los españoles. Sólo el boom del crédito de los últimos años del cual ahora estamos pagando las consecuencias, junto a enormes campañas en las que se lanzaban gran variedad de productos, consiguió que la tarjeta de crédito se convirtiera en un producto mayoritario.
Con esta enorme variedad, el consumidor debe en primer lugar analizar y comparar la oferta de tarjetas del mercado antes de elegir la que su banco le quiere enroscar.
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