Ayer las Bolsas se levantaron con el pie izquierdo por unos malos datos en la balanza comercial de China que nos generan serías dudas sobre el «aterrizaje suave» de la segunda economía de mundo y es que quizá no sea tan fácil controlar lo que parece ser una burbuja inmobiliaria inmensa. Pero ese dato sólo fue el primer plato, en el segundo plato Grecia había anunciado la noche del lunes la convocatoria de elecciones anticipadas, de manera absolutamente inesperada, que tendrá lugar en los próximos meses. El terremoto político está servido ya que en la actualidad gobierna la coalición entre conservadores y socialdemócratas que pretenden continuar con mayores reformas en la economía helena para mantener su posición dentro de la Zona Euro. No obstante, la inquietud política se encuentra en el principal partido de la oposición, Syriza, que ganó las anteriores elecciones, no sólo está en cabeza en las encuestas sino que su proyecto económico para Grecia se aleja del modelo reformista actual… lo que ha desembocado en un pánico bursátil.
Ayer la Bolsa de Atenas vivió una de sus peores jornadas históricas al sufrir un desplome de nada más y nada menos que del 12,7%, pasando de los 1.034 puntos a los 902 puntos al cierre de la sesión, siendo la mayor caída sufrida por la bolsa helena desde el año 1987 y generando una volatillidad nueve veces superior a la del EuroStoxx 600. La estabilidad política es un factor más importante de lo que puede parecer en un país en el momento de atraer inversiones, por lo que la posibilidad de que Syriza, un partido de extrema izquierda, pueda llegar a formar gobierno tras las elecciones celebradas, no transmite una especial confianza a los inversores.
Para tener en cuenta cómo los inversores están desconfiando de la economía helena, en los últimos cuatro meses se han retirado cerca del 100 millones de dólares del ETF XFTSE Grecia 20 que replica el comportamiento de la bolsa de Atenas. Es más, valores como el Banco Nacional de Grecia, Piraneus Bank y Hellenic Telecomunications Organization firman mínimos de los últimos 16 meses.
Curva de rendimientos de los bonos griegos se aplana en el largo plazo…. Mala señal…
Un dato que no suele salir demasiado en los medios pero creo que es de una especial relevancia es la curva de tipos de los bonos griegos. A pesar de que en los periodos de tres y seis meses la deuda mantiene unos rendimientos del 2,93% y del 2,77% respectivamente, observamos como la deuda a cinco años genera una rentabilidad del 8,61%, por encima de la rentabilidad de la deuda a 10 años (8,21%) y la deuda a 30 años (8,56%), generando así una curva con pendiente negativa en los periodos más a largo plazo. Cuando la cuerva de tipos empieza a adquirir una pendiente negativa significa que los inversores desconfían más del corto plazo, que del largo plazo por lo que exigen mayores retornos en los bonos del gobierno, lo que se interpreta como una señal de caída de la actividad económica. No obstante para ser fieles a la cuerva de tipos invertida, los retornos en el corto plazo deberían escalar aún más.