La agencia de calificación Fitch ayer rebajó la calidad crediticia de la Generalitat de Cataluña de BBB- al actual nivel BB, siendo considerado bono basura, por lo que pierde el denominado grado de inversión (investment grade), lo que significa que el emisor cuenta con poca solvencia y cuenta con un elevado riesgo de impago,. Esto significa que si Cataluña decidiera emitir deuda a los mercado debería pagar un sobrecoste en forma de intereses mayores por el riesgo que conlleva.
En su informe Fitch argumenta que publican se han adelantado a la revisión de la calificación de la deuda porque era inapropiado esperar hasta la próxima fecha de revisión programada. Sobre el factor político que señala en primer lugar comenta que: «la desviación se debe a que Cataluña aprobó una resolución el 9 de noviembre para iniciar formalmente el proceso de independencia. Por lo tanto, Fitch ha decidido suspender temporalmente la baja calificación para la Comunidad Autónoma de Cataluña de ‘BBB-» y añade «la baja calificación también está sujeta a una relación de cooperación entre las regiones y el gobierno central, el cual no es el caso ante los recientes acontecimientos en Cataluña».
Asimismo dejando atrás el factor político Fitch también incide sobre la valoración económica en los siguientes puntos:
– La región registró amplia saldos negativos entre 2008 a 2014 (promedio – 16%), y necesitará fondos para financiar su déficit presupuestario previsto en 2015, lo que Fitch espera que será alrededor del 2% del PIB regional.
– La liquidez de Cataluña es frágil y hay incertidumbre sobre si la región seguirá recibiendo apoyo de liquidez del gobierno central en los mismos términos, pero Fitch espera presente que el servicio de la deuda se continúe satisfaciendo gracias al FLA, al tiempo que se complementa con la financiación del mercado.
– En este contexto, una carga de la deuda, medido como deuda directa frente ingresos corrientes, de casi 3 veces el presupuesto es incompatible con su anterior calificación de grado de inversión.
Con este informe, Fitch, S&P y Moody’s, las principales agencias de rating, mantienen una visión consensuada del sobre la falta de solvencia de la Generalitat de Cataluña, ubicando su rating, de manera unánime, en bono basura. En concreto, Moody’s fija el rating en Ba2 con perspectiva estable, mientras que S&P ubica el rating en BB- con perspectiva negativa.
¿Creen las agencias de rating que finalmente habrá independencia en Cataluña?
Fitch: El gobierno central tiene amplios poderes para intervenir en los asuntos del gobierno catalán. Incluye la retención de ambos fondos ordinarios, apoyo a la liquidez extraordinaria, y la suspensión de la autonomía regional en virtud del artículo 155 de la Constitución Española y el control directo del gobierno central.
Moody’s: El escenario que contemplamos continúa asignando una baja probabilidad a que la región se convierta finalmente en independiente del resto de España. En el medio a largo plazo el escenario «bastante más probable» es que se produzca una mayor devolución de competencias al Gobierno de Cataluña.
S&P: No se espera que una secesión de Cataluña. A pesar de una mayoría a favor de la independencia de los escaños en el Parlamento catalán, anticipamos que la región seguirá siendo parte de España sobre su horizonte de proyección a 2017. La falta de una mayoría de votos en las elecciones de 27 de septiembre, en nuestra opinión, debilita la pretensión de los partidos pro-secesión que ha ganado un mandato por la independencia.
¿Cómo cotizan los bonos de la Generalitat?
El mercado de bonos ha ido descontando las tensiones políticas desde abril de este año. Y tal y como se puede apreciar en la imagen, el diferencial entre el bono español y el bono catalán a cinco años ha ido in crescendo en estos últimos meses. El riesgo político catalán se estaría valorado, en su conjunto, con una prima superior a los 200 puntos básicos frente al bono español, llevando a la cotización del bono catalán a cinco años por encima del 3%.