Ayer, las agencias de calificación S&P y Fitch rebajaron dos escalones el rating del Reino Unido pasando de una valoración AAA (máxima calificación) hasta AA con perspectiva negativa. Este recorte de rating se produce justo cuatro días después del Reino Unido decidiera abandonar la Unión Europea y que llevó a un hundimiento bursátil generalizado. Como curiosidad, esta es la primera vez desde el año 1978 en que el Reino Unido pierde la máxima calificación crediticia.
La decisión se produce en un momento de gran división política en Gran Bretaña. El primer ministro David Cameron, anunció la semana pasada que dejará su puesto y que un nuevo primer ministro debería ser electo antes del inicio de la conferencia del Partido Conservador, prevista para el mes de octubre.
Entre los grandes siete países de la Unión Europea, el último que vivió una rebaja de rating por parte de las agencias de calificación fue Italia, en enero de 2012, en un contexto de crisis de deuda soberana en la Eurozona.
Las razones que justifican la rebaja de calificación para S&P y Fitch son las siguientes:
- El referéndum nacional sobre la adhesión de la Unión Europea en el Reino Unido que fue favorable a la salida de la unión, supone un acontecimiento fundamental, y dará lugar a un menor marco predecible, estable y eficaz que deberá ser revaluado institucionalmente.
- La rebaja de rating refleja los riesgos deteriorados de las condiciones de financiación externa a la luz de un nivel de necesidades propias de financiación externas extremadamente elevadas.
- El voto de permanencia en Escocia e Irlanda del Norte también crea un mayor conflicto constitucional para el país en su conjunto.
Las agencias de calificación reflejan una perspectiva negativa debido al riesgo latente tanto las perspectivas económicas, fiscales, desempeño externo y el papel de la libra esterlina como una divisa refugio. Asimismo, también cabe destacar los riesgos para la integridad y unidad del Reino Unido si finalmente hubiera otro referéndum sobre independencia en Escocia.
En total, los mercados globales perdieron más de 2 billones de dólares de valor en 24 horas después de la votación y la libra esterlina llegó a caer más de un 10% en dos sesiones, alcanzando el mínimo de 30 años. Otra de las consecuencias a destacar, es que por primera vez en su historia del bono soberano del reino unido a 10 años cae por debajo del 1%, firmando mínimos históricos. Esto se debe, a que el activo de renta fija supone un valor refugio en un momento de alta volatilidad en los mercados.
De hecho, tras la votación del Brexit los mercados fijan una probabilidad del 80% para que el Bank of Engand rebaje en 25 puntos básicos los tipos de interés a final de año, que se encuentran en la actualidad en el 0,50% desde marzo de 2009.