Nos encontramos ante un escenario de volatilidad política, con cruces de declaraciones entre el Gobierno de España y la Generalitat de Cataluña sobre la celebración sobre el referéndum de autodeterminación para el próximo 1 de octubre. Desde la Generalitat se apuesta sí o sí por el referéndum, a pesar de que el Tribunal Constitucional ha suspendido cautelarmente la Ley de desconexión.
También, se han tomado medidas como desde la Fiscalía que han remitido a los Mossos, la Guardia Civil y la Policía para que requisen las urnas instaladas, y materiales complementarios como papeletas, la propaganda o cuadernillos de instrucciones para los miembros de las mesas electorales.
En el mes de septiembre y octubre las agencias de calificación S&P y Moody’s deben evaluar, de nuevo, el rating de España que se encuentra en BBB+ para S&P, por lo que España se estaría jugando alcanzar una mejora del rating hasta llegar a al rating A. Sin embargo, el conflicto con Cataluña puede llevar a que esta revisión no se consolide finalmente, a pesar de las mejoras en la tasa de crecimiento de la economía y la fuerte reducción del desempleo.
La ventaja de escalar en el rating es que se mejora el acceso a la financiación. Actualmente, el bono a 10 años cotizando con una rentabilidad del 1,58%, mientras que en Irlanda, que han adquirido un rating de A, su bono a diez años cotiza con una TIR del 0,75%, la mitad que España. Por lo que en el momento de emitir deuda la diferencia es más que notoria para el pago de intereses.
En términos de corto plazo, que Cataluña con una economía que supone el 19% del PIB sobre el total de PIB español plantee un desafío de esta magnitud, añade una dosis de incertidumbre. Para Moody’s, cuya revisión se realizará el 20 de octubre, una vez transcurrido el 1-O, han comentado que la independencia debilitaría la fortaleza de la economía española, aunque la previsión es que Cataluña permanezca en España debido a las diferentes dificultades que enfrenta un proceso de independencia unilateral.
Sin embargo cabe preguntarse si el dinero está realmente nervioso y la realidad es que no, más bien todo lo contrario. Esto lo podemos ver con el riesgo de default que marcan los CDS a cinco años. Actualmente el riesgo de default de España es del 4,24%, el menor nivel de los últimos años y es más, desde el 23 de agosto, la probabilidad de default ha estado cayendo en picado a pesar del desafío soberanista.
Aquí no acaba la cosa… Si nos centramos en el Ibex, el selectivo español no ha parado de subir desde que se inició la semana y en estas tres sesiones avanza un 2,38% hasta situarse en los 10.371 puntos. A pesar de todo, sí puede darse cierto repunte de volatilidad durante los próximos días pero el índice sigue encontrándose en unos niveles atractivos para incorporarse.
Marc Fortuño