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Ayer el diferencial entre los títulos del Tesoro a dos y cinco años cayó por debajo de cero, la primera gran inversión de este mercado alcista. El diferencial de 2 y 10 años es el punto de referencia más típico para medir una inversión, pero los diferenciales de 2 y 5 años son significativos. Las inversiones de la curva de rendimientos son uno de los predictores más exactos de la recesión, con uno que precede a las varias recesiones anteriores.
Los precios del petróleo volátil, las tensiones comerciales, la incertidumbre política, la revisión a la baja de las expectativas de crecimiento, todo se refleja en el mercado de bonos.
Los tipos a dos años se acercan a de los diez años, haciendo que la curva de pendiente generalmente ascendente sea más plana. Eso crea una condición desordenada que a los analistas de Wall Street les gusta llamar “inversión”, donde la línea de la pendiente se desplaza hacia abajo.
Las tasas más altas a largo plazo reflejan las expectativas de que el crecimiento continuará. Pero cuando la diferencia entre las tasas de corto y largo plazo se reduce, es una señal de que las personas están menos convencidas de que el crecimiento está aquí para quedarse. La curva de rendimiento es un barómetro de este sentimiento.
Los tipos a más largo plazo han sido obstinadamente bajas y lentas para reaccionar a los esfuerzos de la Reserva Federal para impulsar las tasas más altas. Dado que las alzas en las tasas de la Fed tienen un efecto más inmediato en las notas a 2 años, esto ha creado lo que algunos ven como una dinámica preocupante en el mercado.
Los movimientos en las tasas de los bonos también pueden ser una profecía autocumplida. Si a la gente le preocupa que una inversión dé lugar a pérdidas en el mercado de valores o que una recesión se acerque, pueden cambiar el dinero a bonos a más largo plazo. Y dado que los precios de los bonos se mueven en la dirección opuesta a las tasas, una gran cantidad de compra de bonos haría que las tasas bajen, aplanando la curva de rendimiento.
