Existe la creencia generalizada en los mercados de que el ciclo económico sigue a los Estados Unidos y, por lo tanto, no se puede tener una recesión en un mercado desarrollado sin una recesión en los Estados Unidos en primer lugar. Sí, la economía de Estados Unidos es la más grande que existe, y con el sentimiento general del mercado de que estamos en un ciclo tardío, es comprensible que todo el mundo se centre en los datos de Estados Unidos y su curva de rendimiento aplanada.
Pero lo que realmente ha sido noticia en los últimos meses ha sido la economía de la Eurozona, donde los datos siguen siendo decepcionantes: el crecimiento real está en su punto más bajo desde la crisis de la deuda soberana, Italia se encuentra ahora oficialmente en recesión después de registrar dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo, mientras que Alemania se encuentra en el límite de haber registrado un crecimiento en el cuarto trimestre de cero después de una impresión negativa en el tercer trimestre.
Solo el tiempo dirá si la Eurozona entra en recesión, pero si tenemos una recesión en Europa, mientras que el crédito europeo probablemente tendrá un rendimiento inferior, la magnitud de este rendimiento inferior probablemente no será tan extrema como la que vimos en la crisis de la deuda soberana de 2011-12. Esto se debe no solo a que el BCE sigue siendo un inversor significativo en el mercado (a través de sus inversiones en QE), sino también a que la composición del mercado ha cambiado drásticamente con el paso del tiempo, lo que ha hecho que el índice de bonos corporativos europeos sea más diversificado.
Echemos un vistazo a los gráficos de abajo: en el lado izquierdo puede ver dos maneras en las que el índice de grado de inversión europeo ha cambiado desde 2010. En primer lugar, la exposición financiera del índice ha disminuido considerablemente, del 53% en 2010 al 35% en la actualidad. El sector financiero es, en general, uno de los sectores más afectados durante una recesión, como vimos en la crisis de la deuda soberana europea de 2011-2012. En segundo lugar, la concentración regional del índice ha disminuido, del 85% en Europa en 2010 al 76% en la actualidad. Esta exposición ha sido asumida principalmente por los Estados Unidos y los mercados emergentes, lo que hace que el índice sea más diversificado geográficamente.
Si vemos otra recesión en la Eurozona, será importante tener en cuenta que el índice de derivados podría estar más impactado que en el pasado, mientras que el índice de bonos físicos, a pesar de su creciente exposición al BBB (que ha aumentado del 48% en 2012 al 59% en la actualidad) podría resultar relativamente más resistente gracias a su mejor diversificación. Estos factores ofrecen a los inversores la oportunidad de reducir el riesgo/cobertura de sus carteras.
Por otro lado, si desea añadir un poco de riesgo de crédito en euros pero tiene una recesión en la Eurozona en su mente, una buena manera de hacerlo sería a través de Reverse Yankees. Se trata de bonos emitidos por empresas estadounidenses en euros, un mercado que ha crecido significativamente en los últimos años y que debería verse menos afectado por la recesión de la Eurozona.
Solo el tiempo dirá si la Eurozona entrará en recesión de forma inminente. En cualquier caso, la composición cambiante del crédito europeo en los últimos diez años muestra que los inversores deben estar siempre al tanto de la composición de los índices y mercados en los que invierten.
Marc Fortuño