Si hay una palabra para describir que está pasando en los mercados es sin duda miedo. El mejor indicador que describe esta situación es sin duda el VIX de volatilidad, que actualmente se encuentra en el nivel 21,24, después de que el pasado viernes subiera un 13,22%. Cabe recordar que a finales de agosto la volatilidad del S&P500 se encontraba en 11,5 puntos por lo que en apenas dos meses el indicador la volatilidad se ha doblado. Lo que recoje el VIX es básicamente que los inversores institucionales se están cargando de opciones put (opciones de venta) por las incertidumbres futuras que pudieran agitar al mercado.
¿Qué miedos están cotizando en el mercado?
En Estados Unidos hay un miedo que se respira día sí y día también… la subida de tipos. Cualquier información vinculada a una próxima subida de tipos agita al mercado americano y los índices bursátiles empiezan a dar bandazos. Para ver la sensibilidad sobre el escenario de la subida de tipos, el pasado viernes el presidente de la Reserva Federal de San Louis, James Bullard comentó: «los mercados cometen un error cuando ignoran las proyecciones de los tipos de interés de la Fed». Acto seguido las bolsas americanas cayeron, el Dow Jones perdió un 0,69%, el S&P500 un 1,15% y el Nasdaq un 2,33%, lo que lo ha llevado a un descenso semanal del 4,8%, su peor semana desde 2012.
En Europa tenemos un berenjenal considerable y el gran miedo que se está palpando en el parqué es que asistamos a una nueva recesión, no hay dos sin tres dice el refrán. Es más, para echarle más leña al fuego, la directora del FMI ChristineLagarde advirtió recientemente que la zona euro tiene un 40% de posibilidades de caer en una nueva recesión.
El dato del viernes de las exportaciones alemanas fue desolador, un retroceso del 5,8% en el mes de agosto, la locomotora europea no está liderando como debería y este dato macroeconómico propició que el viernes pasado se produjera un batacazo en el Dax 30 de un 2,40%, cerrando en los 8.788 puntos, por debajo de los mínimos de agosto de los 8.900 puntos que se presentaba como un soporte muy firme del selectivo alemán durante el año.
Francia tiene un gran problema y se llama gobierno, lo de ajustar el déficit parece que Hollande no lo entendió muy bien o no iba con él. De hecho, el proyecto de ley del Presupuesto para el 2015 reduciría el gasto público en 21.000 millones de euros, por lo que cerraría el déficit entorno al 4,3%, relajando las exigencias de déficit que pretende Bruselas en el 3%. Previsiblemente el déficit se rebajaría hasta el 3,8% en 2016 y en 2017 al 2,8% por lo que se le concedería una prórroga de tres años para que cumplan. Por esta razón la agencia de calificación S&P ha anunciado que tras la revisión la nota ‘AA’ con perspectiva estable, pasará a perspectiva negativa.
España se postula como motor de Europa… parece mentira que nosotros vayamos a liderar algo con el paro que tenemos. Este año el FMI vaticina que el crecimiento del país será del 1,3% y que el 2015 será del 1,7%, gracias a las reformas estructurales que se han hecho durante los últimos años y a una mejora de la demanda interna y de la confianza. Sin embargo hay miedos e incertidumbres en el corto plazo, por un lado el ébola ha entrado en el país y ha resonado fuertemente en todos los medios tanto por la importancia del virus como por la pésima gestión, lo que ha terminado afectando al Ibex 35 que la semana pasada perdió casi el 4% y cerramos el viernes en los 10.150 puntos. Por otra parte, el desafío independentista del gobierno catalán, citado para el próximo 9 de noviembre a través de una consulta, nadie sabe que terminara sucediendo porque desde el gobierno central anuncian que no se celebrará y desde el gobierno autonómico aseguran que sí.
Desde el Banco Central Europeo, Mario Draghi, a principios octubre no resolvió las dudas sobre el importe total de los estímulos en la última reunión, lo que sin duda ante unos mercados yonkis de nuevos estímulos, dar la callada por respuesta no es una decisión que promueve la caonfianza ya que muchos inversores deseaban respuestas o bien una actuación más contundente por parte de la autoridad europea.
Por último, como pincelada y sólo pincelada, conocimos el sábado que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ordenaba la retirada de los soldados rusos que se situaban cerca de la frontera con Ucrania para que vuelvan a sus bases permanentes. Sin duda una pequeña luz en esta sombría desconfianza que afectan a los mercados. Un gesto antes de que se produzca el 21 de octubre la reunión a tres bandas entre Rusia, Ucrania y la Unión Europea para contemplar un posible acuerdo entre las desavenencias de Kiev y Moscú que pasarían por que Ucrania pagara 3.100 millones de dólares pendientes con Gazprom, de los cuáles se prevé que 2.000 millones se cancelen a finales del mes de octubre. Consecuentemente la gasística rusa reanudaría el suministro, cortado desde el mes de junio, con una entrega mínima de 5.000 millones de metros cúbicos a un precio de 385 dólares por cada 1.000 metros cúbicos.