En medio de la locura monetaria protagonizada por los bancos centrales que ha terminado hundiendo las rentabilidades hasta alcanzar cuotas negativas, a día de hoy, el inversor percibe lo mismo un bono alemán a diez años que tener el dinero resguardado en la caja fuerte, a un cero por ciento.
Japón sorprendió a los mercados en enero cuando se introdujo un tipo de interés del -0,10%, siguiendo los pasos de Suecia, Dinamarca y Suiza. En Hungría los tipos de interés negativos se introdujeron en marzo. En abril, el BCE mantuvo los tipos de interés de depósito en el -0,40%..
Asimismo, recientemente Haruhiko Kuroda, gobernador del Banco de Japón, comentó el jueves que recortar los tipos de interés sería la primera herramienta de su elección si tuviera que relajar más la política monetaria. Por su parte, Mario Draghi, no subirá tipos de interés hasta que los gobiernos de la eurozona a que implementen reformas estructurales que impulsen el crecimiento (ésto va para largo).
Debido a este contexto tan extraordinario, surgen nuevas ideas de productos financieros que se enfrenten de algún modo a dicha realidad. La idea, si cabe, más innovadora es la propuesta por Maya Bhandari, un gestora de cartera en casa de inversión de Threadneedle. Y es que a principios de año comento que sería una buena alternativa la ejecución de un ETF sobra la base de efectivo depositados en una caja fuerte. En concreto Bharndari comentó que «Es probablemente sólo una cuestión de tiempo que se introduce un enlace bóveda o un ETF de bóveda».
La idea sería que estos tipos de interés negativos serán repercutidos al cliente, y por ello, se propone una mayor innovación de productos por los bancos de inversión para aquellos inversores que deseen invertir en efectivo.
Evidentemente ese efectivo en bóveda tiene su coste en materia de seguridad pero habría un argumento de economías de escala para que se pudiera vender un fondo cotizado sobre el dinero en la bóveda. Un ejemplo de cómo está reaccionando la industria ante la realidad de los tipos de interés es que la aseguradora alemana Munich Re anunció en marzo que estaba almacenando 10 millones en dos monedas diferentes en una bóveda para evitar el pago de los tipos de interés negativos para depositar su dinero en efectivo.
A modo de ejemplo, el ETF tendría un coste de un 0,20%, mientras que el bono alemán a cinco años lo vemos cotizar en -0,38%, lo que supondría que invertir en el ETF «bóveda» permitiría un ahorro de casi 20 puntos básicos a los inversores.