La bolsa estadounidense está mostrando un comportamiento muy positivo pues en lo que va de año el S&P500 sube un 10,24%, el Dow Jones un 11,45% y el Nasdaq un 21,67%. Esta fortaleza sorprende mucho debido a que los índices estadounidenses muestran unas ratios de sobrevaloración muy altas pero lo cierto es que están liderando las subidas de los principales selectivos de ámbito global… Por ello, cabe preguntarse, si existen catalizadores para que la subida se siga prolongando.
En primer lugar, los tipos de interés están en niveles históricamente bajos. Cuando miramos la relación entre la rentabilidad del dividendo del S&P 500 y la TIR del bono estadounidense a 10 años, vemos que está en uno de los niveles más bajos en años, y muy por debajo del promedio.
La relación entre ambas variables en los años 50 es cercana 2,03. Si eliminamos los años de burbuja del mercado de acciones entre 1995 y 2003, ese promedio cae a 1,8. Actualmente, la relación se sitúa en 1,25, lo que significa que el rendimiento a 10 años se negocia a sólo 1,25 veces el rendimiento de dividendos de S&P 500. Esto puede ser visto de dos maneras: o bien los bonos están sobrevalorados frente a las acciones, o las acciones están infravaloradas a los bonos. Cualquiera de las premisas, debería suponer unos mayores flujos para el mercado de acciones frente al mercado de bonos.
Por otra parte, en el siguiente gráfico se puede ver que tanto los beneficios corporativos como el crecimiento del PIB estadounidense han mejorado su crecimiento interanual en el que existe un punto de inflexión en el cuarto trimestre de 2016. Ambos se encuentran con tendencia alcista, lo que supone todo un catalizador para el mercado de acciones.
En último lugar, pensemos que el crecimiento económico y el crecimiento de los beneficios ayudan a bajar los precios, por lo que el S&P 500 cotiza en 18,5 veces las estimaciones de beneficios para 2018. Si el crecimiento de la economía y de los beneficios continúan constantes, beneficios más elevados supondrán múltiplos de valoración más bajos y en consecuencia, una bolsa más barata.
Obviamente, los índices están siempre en riesgo de sufrir impactos y, por supuesto, son impredecibles. Pero al evaluar la dirección del mercado de valores, uno debe recordar siempre que los mercados son reflejo de la economía en general y el crecimiento de las ganancias en el futuro, por lo que por ahora no se aprecian signos de que «la fiesta» vaya a terminar.
Marc Fortuño
Tendremos que ver como se comportan los mercados tras los incidentes sufridos en Barcelona y su consecuente influencia sobre un sector tan importante como el turismo.