Existen múltiples señales de alarma para detectar la presencia de un chiringuito financiero, una empresa que aparentemente ofrece servicios de asesoría e inversión, sin estar sometido al regulador, en este caso, la comisión nacional del mercado de valores. Los chiringuitos financieros tienden a adoptar técnicas de captación de inversores muy agresivas y suelen aparecer diferentes señales de alarma que re pasaremos a continuación.
Una de las primeras señales que puede alertarnos que nos encontramos ante la presencia de un chiringuito financiero se trata de que las posibilidades de inversión están reducidas exclusivamente a llamadas telefónicas o bien correos electrónicos. Estas llamadas se conocen como llamadas » en frío» que son inesperadas y no responden a ningún tipo de solicitud previa de información.
Otra de las características más comunes es que desarrollan técnicas de presión psicológica para que el potencial inversor deba tomar una decisión de manera precipitada. E incluso, al principio de las llamadas, tienden a buscar un punto de empatía personal para que el inversor ley confíe finalmente los ahorros.
Algunas veces podemos encontrar que el chiringuito financiero ofrece un bono o bonificación de entrada como gancho para reclamar inversores. Se presenta como una bonificación gratuita, no obstante si el inversor desea hacer dar la cuenta abierta con esa empresa, el chiringuito tiende a exigir la realización de una última inversión efectiva por un importe igual o superior a la bonificación inicial.
También, muchas veces se nos puede presentar un chiringuito financiero para participar en un sistema en el que beneficio que se pueda obtener dependa del capital invertido por otros inversores. De esta manera, la rentabilidad prometida a los primeros inversores es financiada por los siguientes y éstos, a su vez, por un crecimiento piramidal de una sucesión de inversores.
En relación a los productos ofertados, normalmente tienden seducir a la gente con las promesas de grandes rentabilidades con productos complejos como por ejemplo CFDs o bien opciones binarias. Dentro de las promesas de grandes rentabilidades también se asegura que el riesgo es mínimo o incluso, no existe ningún tipo de riesgo.
Finalmente, antes de invertir en productos negociados en un mercado de valores lo más sencillo es asegurarse, a través de la página web de la comisión nacional del mercado valores, si el intermediario se encuentra registrado. Una manera sencilla y efectiva para salir de dudas.
Marc Fortuño