Los derivados financieros tienen muy mala prensa debido a que son productos financieros que implican apalancamiento y se pueden utilizar con fines especulativos como mantener una posición abierta a favor de una tendencia, con la esperanza de obtener beneficios por las diferencias previstas en las cotizaciones. Asimismo, como ejemplificaremos a continuación, son un perfecto elemento para cubrir los riesgos o eliminar los riesgos que se derivan de la fluctuación del activo subyacente y así combatir los denominados riesgos de mercado en una cartera de valores. Para gestionar los riesgos utilizaremos contratos de futuros que son acuerdos que se obliga a las partes a comprar o vender el subyacente en una fecha futura a un precio establecido de antemano.
Imaginemos que a día de hoy nuestra cartera están establecidas las siguientes valoraciones bursátiles de cada en las acciones que la componen y las respectivas betas, que miden la sensibilidad de las acciones frente al Ibex 35:
– Santander: 22.000 euros; Beta = 1,23
– Iberdrola: 18.500 euros; Beta = 0,87
– OHL: 14.700 euros; Beta = 1,5
– Telefónica: 26.000 euros; Beta = 0,94
En total nuestra cartera tiene una valoración de 81.200 euros. Seguidamente debemos calcular la Beta de nuestra cartera que será la media ponderada de las betas de las acciones que la componen, en función del valor de cada una.
Beta Cartera = 1,23 x (22.000/81.200) + 0,87 x (18.500/81.200) + 1,5 x (14.700/81.200) + 0,94 x (26.000/81.200) = 1,104
En este caso la Beta de la cartera es un 1,104 lo que nos indica que cuando el Ibex 35 suba o baje un 1%, la cartera de este inversor lo hará en un 1,104%. Por último, para saber el número de contratos que debe vender para cubrir su cartera hay que tener en cuenta el valor del Futuro sobre el Ibex 35. Imaginemos que en el día en el que se realiza la cobertura, el Ibex cotiza a 10.150 puntos, y el Futuro a 10.155 puntos.
Número de Contratos = (81.200/10.155) x 1,104 = 8,827 contratos
Dado que el resultado de contratos es 8,827 redondearemos el valor a 9 contratos, que serán los contratos necesarios para cubrir la cartera.
A partir de aquí, supongamos que se cumplen las expectativas del inversor y el valor total de su cartera cae a plomo un 11%, mientras que el precio del Futuro sobre el Ibex cae un 8%, hasta los 9.338 puntos, entonces tenemos las siguientes valoraciones en nuestra cartera:
Acciones: 81.200€ x 0,89 = 72.268 euros; Pérdida de 8.932 euros (81.200 – 72.268).
Beneficio en futuros: 9 x (10.155 – 9.338) = 7.308 euros
Resultado Global de estrategia: -8.932 € (cartera) + 7.308 € (futuros) = -1.624 euros
Con esta cobertura el inversor ha perdido un 2% del valor de la cartera frente a la caída del 11% que se hubiera expuesto de no iniciar la cobertura. Al final lo que se busca al realizar el ajuste de una cartera por su beta es que ante movimientos adversos del mercado, no se produzcan pérdidas notorias. Sin embargo, y en este ejemplo concreto, el resultado de esta cobertura no ha sido cero debido al redondeo realizado en el cálculo del número de contratos a vender, ya que no es posible el fraccionamiento de los mismos, y por otro lado a que no se ha mantenido constante en el tiempo la beta estimada.