Muchas empresas buscan crecer mediante la compra de otras empresas, sin embargo, según los objetivos que se pretendan alcanzar, nos encoramos con dos tipos de integración: vertical y horizontal.
En términos estratégicos se define como una integración horizontal que se compone mediante la adquisición de una empresa similar y que se encuentra en el mismo sector, mientras que una integración vertical está formado por empresas que adquieren una empresa que opera, ya sea antes o después en la cadena de suministro del proceso productivo.
En primer lugar, cuando una empresa desea crecer a través de una integración horizontal, significa que está tratando de aumentar su tamaño, diversificar su producto o servicio, lograr economías de escala, reducir la competencia, o tener acceso a nuevos clientes o mercados. Para ello, una empresa adquiere otra empresa del tamaño y operaciones similares, en el mismo sector.
Como ejemplo de integración en horizontal sólo hace falta echar un vistazo a la evolución de la banca española ha habido en los últimos años, como todo el sector se ha consolidado en pocos grupos bancarios dominantes como son el Santander, BBVA y Caixabank.
Cuando una empresa desea crecer a través de una integración vertical, su principal objetivo es tratar de fortalecer su cadena de suministro, lo que supone en última instancia reducir sus costes de producción, para logra una mayor eficiencia. Para ello, una empresa adquiere otra compañía que se encuentre o bien antes o después dentro del proceso de la cadena de suministro.
Algunos grandes ejemplos de integración vertical incluyen la adquisición de la unidad de de diagnóstico transfusional de Novartis por parte de la farmacéutica Grifols o bien, en el caso de Ikea, la compra de bosques en Rumanía para asegurarse el suministro de materias primas.
Cuando se trata de una integración vertical, una empresa puede integrar ya sea hacia adelante o hacia atrás. Una integración hacia atrás se produce cuando una empresa decide adquirir otra empresa que fabrica un producto de entrada de producto (input) de la sociedad absorbente. Un ejemplo de esto es si un fabricante de automóviles adquiere una empresa de fabricación de neumáticos. Por otra parte, una integración hacia adelante se produce cuando una empresa decide tomar el control del proceso de post-producción, por ejemplo, si el mismo fabricante adquiere un concesionario de automóviles.