Ayer, el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, comentó que existe debilidad en el crecimiento de la Eurozona y podría ser mayor de lo estimado en principio. Consecuentemente, nos llevaría un menor ritmo del crecimiento de la inflación, siendo un hecho temporal ya que se espera que los precios seguirán subiendo el tiempo.
Los factores que frenan el aumento de la inflación disminuirán a medida que continúe el crecimiento y la relación tradicional entre crecimiento e inflación permanezca intacta, aunque su correlación se haya debilitado en los últimos años, dijo Draghi a la comisión de asuntos económicos del Parlamento Europeo.
Sus comentarios sugieren que el BCE sigue confiando en que la inflación se encuentre finalmente en una tendencia al alza, apoyando las expectativas del mercado para que el banco finalice su programa de compra de bonos este año, convencido de que la inflación alcanzará finalmente su objetivo cercano al 2%.
Cabe recordar que en febrero del año pasado, los precios al consumidor de la Eurozona eran del 2%, mientras que en la actualidad se han reducido al 0,6%.
Lanzado hace tres años para luchar contra la amenaza de deflación, el programa de compra de bonos por valor de 2,55 billones de euros del BCE ha mantenido bajos los costes de endeudamiento para inducir el gasto y la inversión, todo ello con el objetivo último de generar inflación.
Repitiendo el mensaje normativo del banco, Draghi dijo que el fuerte impulso de crecimiento del bloque monetario ha fortalecido su confianza en las perspectivas inflacionistas, pero que aún se necesita paciencia y persistencia con la política del BCE.
Este aumento de la inflación siguió estando condicionado por el estímulo del BCE, mientras que la volatilidad de los mercados financieros, en particular el reciente aumento del euro, es motivo de preocupación y requiere un seguimiento atento.
Los títulos de deuda se consideran generalmente los mayores beneficiarios de la generosidad del BCE y, por lo tanto, son más sensibles a cualquier comentario sobre el endurecimiento de la política monetaria. No obstante, con una inflación más baja enfriaría las expectativas de una reducción agresiva de los estímulos extraordinarios por parte del BCE y proporcionaría apoyo a un mercado de bonos que se ha vendido constantemente en las últimas semanas.
Marc Fortuño