En este post vamos a repasar las diferentes divergencias bajistas que se están formando en los principales selectivos bursátiles. Para empezar debemos que explicar que una divergencia se produce cuando el precio del instrumento financiero y el indicador técnico no se mueven en sintonía. Es decir, si la cotización suma máximos crecientes y el indicador máximos decrecientes tenemos una divergencia bajista, por otro lado, si a cotización suma mínimos decrecientes y el oscilador mínimos crecientes, tenemos una divergencia alcista.
Las divergencias nos informan de una desaceleración en la velocidad del precio, nada más que eso, pero obviamente las connotaciones en un gráfico horario tendrán una importancia menor en comparación con los gráficos mayores. En este punto los mejores gráficos y las divergencias respectivas, que nos aportaran una mejor perspectiva del largo plazo y mayor información, quedarán comprendidos en los gráficos semanales. Una desaceleración en un gráfico semanal sumergido en una tendencia alcista nos pone en alerta ante un posible mercado bajista, aunque no es una condición previa y necesaria. Para repasar los gráficos utilizaremos como indicador técnico el MACD semanal porque es ampliamente conocido y utilizado por todos.
Empecemos por los Estados Unidos representado por el selectivo S&P500. Como podemos apreciar, en el siglo XXI hemos asistido a dos mercados bajistas que han sido perfectamente avisados por divergencias bajistas. Antes que todo saltara por los aires en la burbuja de las punto.com, el MACD semanal estuvo dibujando la divergencia bajista. Asimismo en el año 2007, antes del estallido de la burbuja subprime, se formó un doble techo y el MACD semanal registró máximos decrecientes. La situación de hoy sigue exactamente el mismo patrón que se dibujó a finales del burbujón de las punto.com, lo que nos estaría avisando de un inminente mercado de osos. Además tenemos la combinación perfecta, el apalancamiento financiero para la compra de acciones está en máximos historicos, la sobrevaloración bursátil está por encima del año 2007 con un PER de Shiller de 27 veces, y encima tenemos como posible detonante de todo, la normalización de la política monetaria de la Reserva Federal que subiría los tipos de interés a partir del mes de septiembre… Con este escenario, lo extraño es que aún contemplemos un mercado alcista.
Uno de los casos más curiosos en divergencias bajistas es la que lleva formando el índice del Reino Unido, el FTSE100. Como podemos observar, en cada impulso alcista del selectivo, el MACD semanal ha efectuado un recorrido menor, en otras palabras el precio se ha estado desacelerando desde el punto de partida de este mercado alcista.
En Japón, a pesar de sus locuras monetarias que promueven la inflación bursátil, también parece haber dibujado una divergencia bajista entre 2013 y la actualidad. Además, el selectivo nipón se encuentra en una encrucijada tratando de superar la resistencia cercana a los 21.000 puntos que se mantiene desde el año 1993, ¿Pesará más la divergencia bajista que la intervención del BoJ?
¿Y el Ibex 35? Aunque nuestro peso en el mundo no es que sea especialmente relevante en este mundo global, siempre es importante conocer qué sucede en casa… Pues bien, desde que se inició 2014, mientras que el selectivo ha ido sumando avances, el MACD ha ido cayendo formando una divergencia bajista.
Como he comentado al principio«Una desaceleración en un gráfico semanal sumergido en una tendencia alcista nos pone en alerta ante un posible mercado bajista, aunque no es una condición previa y necesaria». Como podemos observar en el gráfico semanal a finales de los años noventa, la cotización del selectivo mostró una aceleración por lo que no reflejó ningún tipo de divergencia bajista. En la actualidad, es uno de los principales selectivos que muestran sintonía entre la subida de la tendencia alcista y la aceleración del movimiento en el indicador técnico. Más que pensar en la resolución de Grecia, deberíamos reflexionar que si los Estados Unidos caen, nosotros vamos detrás, como hemos hecho siempre, tenemos muy poca personalidad financiera.