Hoy en día tener dinero depositado en el banco o «bajo el colchón» supone una muy mala inversión debido a que vivimos en la era del dinero fiduciario, esto significa por un lado que el dinero no está respaldado por ningún activo y por otro lado que sólo es la fe ciudadana la que habilita el poder de compra de los dólares, euros, yenes, etc… Esta situación está perfectamente creada a través de Bancos Centrales que son los monopolios establecidos por el sector público que en el caso de Estados Unidos este monopolio se denomina Reserva Federal y en el caso de la Eurozona es el Banco Central Europeo.
Esta situación es muy conveniente para el sector público y supone un expolio contante al resto de ciudadanos a través de la inflación. Cuando se crea un monopolio sobre el medio de pago, la población se ve obligada a utilizar ese medio de pago, pero lo más temerario aún es que los gobiernos pueden financiar sus déficits públicos a cargo de la inflación, imprimiendo moneda. Como es normal si el ahora el dinero es sólo papel el valor del mismo tenderá a cero o dicho de otro modo el nivel de precios de una economía (IPC) tenderá a infinito.
En el siguiente gráfico se ve claramente cómo a partir de 1914 el IPC de Estados Unidos se ha disparado, la principal razón es que a partir de ese año los gobiernos fueron abandonando sucesivamente el patrón oro (dinero respaldado por un tipo de cambio fijo con el oro), lo que generó un desplome en el valor de las divisas, a través de la subida generalizada de precios de la economías.
Con este incremento continuado del IPC, desde 1914, el mensaje está claro el dinero de hoy vale menos que el de mañana. Con esta premisa hay un claro incentivo al endeudamiento y por lo tanto tanto nosotros mismos como la banca tendremos motivos suficientes para captar capital en el corto plazo para utilizar ese capital en el largo plazo. Con este escenario, es habitual que la banca quiera captar dinero barato a través de los depósitos y venderlo en productos estrellas como son la hipoteca en el largo plazo ya que el interés es mucho mayor y en situaciones económicas normales los tipos de interés en el corto plazo son inferiores que los tipos de interés en el largo plazo, lo que conocemos como curva de rendimientos.
Obviamente este escenario de dinero fiduciario es idílico para crear burbujas, el estado tiene grandes incentivos para conseguir dinero barato generando un impuesto muy social que conocemos como inflación, los demás agentes económicos también demandarán liquidez en el corto plazo vía deuda para inmovilizarlo en el largo plazo, lo que consecuentemente de todo este gran apalancamiento «incentivado» en el corto plazo se generan auges ficticios seguidamente de cracks detonadores del proceso y esto ocurrirá una y otra vez, mientras que exista monopolios estatales con la facultad de crear dinero de la nada sin respaldo alguno de otro activo.