Existen valores problemáticos, muy problemáticos y luego tenemos el Banco Popular… Un valor que ha sido incapaz de levantar cabeza desde la crisis del ladrillo y en lo que va de año promulga una caída del 20,04%, siendo el farolillo rojo del Ibex 35. Curiosamente, mientras el Popular avanza a nuevos mínimos, el sectorial bancario suma una revalorización desde enero del 12,69%, por lo que existe un diferencial de 32 puntos porcentuales entre el Popular y el sectorial bancario.
Emilio Saracho, nuevo Consejero Delegado Banco Popular, comentó que «parece que el pronóstico general es unánime, estamos abocados a aumentar capital para continuar hacia adelante». Y es que todo parece indicar que el Banco Popular estaría predestinado a realizar otra ampliación de capital para enfrentarse a sus problemas vinculados a la gran exposición inmobiliaria que asume su balance.
Para los accionistas del Banco Popular hay que dar un aviso navegantes… Las ampliaciones de capital que lleva a cabo el Popular se destinan para cubrir los agujeros de su pésima gestión y no contribuyen para nada a proyectos de inversión a largo plazo de la entidad que aporten valor a la entidad. Cabe recordar que el Banco Popular generó en 2016 una pérdida récord de 3.485 millones de euros, y que en ese ejercicio tuvo que ampliar capital por importe de 2.500 millones de euros para «parchear» los problemas de su gestión y reforzar su solvencia.
Las ampliaciones de capital del Popular son una trampa para los accionistas… Si examinamos detenidamente la última ampliación de capital que efectuó el Banco Popular por un importe de 2.500 millones de euros, el valor pasó de una capitalización de 3.485 millones de euros (27/05/2016) a una capitalización de 7.012 millones de euros (02/06/2016). Sin embargo, a finales del mes de noviembre del año pasado, el valor ya había evaporado el importe de la ampliación de su capitalización bursátil regresando a los niveles del mes de mayo.
En la actualidad, la capitalización bursátil de la entidad es de 3.080,5 millones de euros, un importe similar al que ostentó en el año 2012 en medio de la crisis de deuda que afectó en especial, a países como España. Por lo que hay que tener especialmente cuidado con este tipo de valores debido a que son un «agujero roto» para las carteras de los accionistas y la mejor recomendación es «no tocar».
Existe gran cantidad de valores bancarios sólidos que sin duda son una fantástica alternativa para incorporar en cartera como pueden ser Bankinter que muestran balance saneado, unas cuentas sólidas que ha llevado a ostentar la menor tasa de morosidad del sector. Por lo que no hay excusa para meterse en trampas como pueden ser el Banco Popular que sacude reiteradamente a los accionistas para salvar los problemas de su gestión.