Estamos viendo aun índice bursátil europeo especialmente débil durante este año. Mientras que el S&P500 acumula una rentabilidad positiva del 6,15%, el EuroStoxx50 lleva consigo unas pérdidas del 9,22%. Técnicamente, la bolsa europea se encuentra en tendencia bajista, al sumar mínimos y máximos decrecientes desde mediados del año 2015. Mientras que en abril de 2015, el Eurostoxx50 alcanzó los 3.836 puntos, a día de hoy cotiza en los 2.966 puntos, es decir, una caída desde máximos del 22,67%.
A nivel técnico, se ha formado una recta directriz bajista que actualmente transcurre por la zona de los 3.000 puntos. Por lo que si queremos alterar nuestras expectativas bajistas, deberíamos ver como la cotización del selectivo puede superar dichos niveles.No obstante, más allá de lo técnico existe una explicación fundamental que subyace a la volatilidad de las cotizaciones…
La responsabilidad por la que Europa se encuentra especialmente debilitada recae en especial en el sector bancario. Y es que las entidades financieras afrontan un futuro verdaderamente incierto. Si bien la rentabilidad bancaria ha recuperado un poco recientemente, se mantiene en niveles muy bajos. Volver media de la zona de los bancos importantes en capital (ROE) fue del 5,8% en 2015, permaneciendo por debajo de su coste de capital (estimado en alrededor de 9%). De hecho, la diferencia negativa entre el ROE y el coste del capital de los bancos ha persistido desde la crisis financiera de 2008 a pesar de cierta reducción en la brecha recientemente.
La continua debilidad en la rentabilidad de los bancos refleja una serie de factores, incluyendo tanto los desafíos cíclicos y estructurales. Un desafío clave cíclico está vinculada a las dificultades en el aumento de los ingresos en un bajo crecimiento nominal, los bajos tipos de interés y una curva de rendimiento plana. El impacto del entorno de interés baja en los márgenes variará según los bancos debido a las diferencias en la capacidad de los bancos para cambiar el precio de los depósitos o de la sensibilidad a los tipos de interés de sus activos
Por su parte, la única oportunidad para las entidades financieras es que se adapten continuamente a los cambios del entorno mediante el ajuste de sus modelos de negocio, la reducción de sus costes de operación y reducción de sus préstamos no productivos. Al hacer esto, también mejorará su capacidad de resistencia a un período prolongado de tasas muy bajas.
Consecuentemente a lo relatado, el mercado ha ido descontando las malas expectativas que envuelven al sector bancario europeo. Por esa razón, el índice Eurostoxx Banks ha liderado las caídas en Europa, alcanzando los mínimos dados en la crisis de deuda soberana que azotó a los países periféricos de la Eurozona.