Mario Draghi a los bonos corporativos ha sido un gran impulso para los emisores. El Banco Central Europeo está a punto de alcanzar los 1.000 millones de títulos, habiendo acumulado 998 bonos con un valor de más de 100.000 millones de euros desde que se comenzó a comprar en junio de 2016.
Los emisores están viviendo una verdadera época dorada pues están disfrutando de las rentabilidades más bajas registradas, mientras que, al mismo tiempo, están incrementando el tamaño promedio de las transacciones.
El programa de adquisiciones para la deuda corporativa también a disminuido el diferencial de rentabilidad entre la deuda tendrá de inversión y los bonos basura. A pensar de que han habido diferentes movimientos, a medida que la compra de bonos seis de intensificando, la tendencia ha sido cada vez más clara y el diferencial se ha ido estrechando.
Para los inversores, los resultados son menos convincentes. Si bien las compras del BCE pueden haber ayudado a amortiguar los precios de los bonos debido a algunas turbulencias del mercado, han comprimido las primas a niveles sin precedentes y forzado a los compradores a reducir aún más el espectro de riesgo.
El mes pasado, la TIR de la deuda emitida por las empresas europeas con calificación de bono basura cotizó en línea con el de los bonos del Tesoro de los Estados Unidos por primera vez en el el histórico.
La política monetaria se ha convertido en el mayor analgésico para el mercado de bonos del euro, gracias a la capacidad de Draghi para comprar en el mercado primario.
El mundo puede soportar condiciones financieras más estrechas a medida que el crecimiento se recupera -crecimiento de la Eurozona es del 2,2%-, las asignaciones de nuevas emisiones al BCE subieron a un 21%… niveles récord.
Marc Fortuño