Joseph Goebbels fue ministro para la Ilustración Pública y Propaganda de la Alemania nazi y dijo «Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad». No le faltaba razón con esa afirmación… De ese modo se construyen lo que se denominan clichés que una vez introducidos en la sociedad, es verdaderamente difícil hacer un ejercicio de limpieza. En los mercados los clichés también están instaurados, hay ideas preconcebidas que para nada se ajustan a la realidad. Por lo que en este artículo vamos a repasar diferentes clichés que se han puesto de moda o se pusieron de moda y hoy en día han quedado obsoletos.
«Las empresas del Ibex pagan un 6% en concepto de Impuesto de Sociedades»
¿Cuantas veces habremos oído aquello de las empresas del Ibex no pagan o pagan muy pocos impuestos? En estos últimos años éste ha sido un cliché verdaderamente extendido cuando se habla de lo que pagan las empresas que forman el Ibex en función del Impuesto de Sociedades. Por ejemplo, una noticia en el diario Público decía: «28 empresas del Ibex 35 ganaron dinero en 2013 y su beneficio bruto conjunto ascendió a 13.100 millones de euros. De esta cantidad, sólo una pequeña parte (800 millones en números redondos) acabaron en las arcas públicas. Por lo tanto, la carga fiscal media que realmente soportaron fue en del 6%». Este tipo de noticias fomentan el cliché sin lugar a dudas. Pero hay que ir un poco más allá… La comparativa utilizando el tipo efectivo resulta curiosa porque no tiene en cuenta que en el resultado contable no es la base imponible, debido a que no contempla ni los tratados de doble imposición ni tampoco los ajustes de consolidación.
Obviamente en empresas multinacionales no tiene sentido alguno que la actividad, por ejemplo, de Argentina tribute primero en Argentina y seguidamente en España estableciendo una doble imposición sobre los beneficios (y hasta triple si contamos IRPF). Tampoco tiene sentido que si dentro de un grupo, una empresa gana 100.000 y otra pierde 25.000, se paguen impuestos por el beneficio 100.000 sino que a través de ajustes de consolidación se llega a la cifra de 75.000 (100.000 – 25.000).
Con todo ello, el sindicato CCOO, muy poco sospechoso de argumentar a favor del Ibex, nos ofrece las cuentas consolidadas de las empresas del selectivo bursátil en el informe «Indicadores de buen gobierno en las empresas del Ibex 35 durante 2014″. Pues bien, en el año 2013 que se suponía que las empresas del Ibex habían soportado una carga fiscal por Impuesto de Sociedades del 6%, en realidad con las cuentas consolidadas era del 17,3%. Y en el ejercicio de 2014 se extendía hasta el 22,1%.
«La vivienda siempre sube, el petróleo siempre sube…»
En la burbuja inmobiliaria, si le preguntabas a alguien por qué se compraba dos o tres casas decía… La vivienda siempre sube y con los alquileres se pagan solos. El mismo caso ha ocurrido con el petróleo, ¿Se acuerdan de aquello de que el petróleo se acababa? Pues bien la realidad ha demostrado que nada sube eternamente… La razón es la siguiente, si en un activo/sector existe una gran rentabilidad, se generan incentivos para que aumente la producción. Al aumentar la producción, la rentabilidad del activo baja por el aumento de oferta y los precios se detienen. Es más, si hay un exceso de producción que la demanda no absorbe, lo que llaman sobrecapacidad, el precio baja y se deben de producir una serie de quiebras hasta limpiar ese exceso.
Es curioso que desde que nos dijeron que el petróleo se acababa en 2008, el barril de Brent haya caído un 78% desde sus máximos históricos hasta la actualidad .
«Los mercados atacan a…»
En los medios de comunicación se tiende a decir «los mercados atacan a…», un cliché repetido hasta la saciedad. En primer lugar «los mercados» no son una figura concreta a la que señalar sino que se reduce a si el color de las cotizaciones bursátiles es verde o rojo. Los mercados atacar no atacan, más bien valoran los riesgos como todo hijo de vecino… Si un Estado tiene dificultades en pagar a sus acreedores, mucha confianza no genera, por lo que si alguien quiere adquirir su deuda está asumiendo más riesgo y por lo tanto obtendrá más intereses que en un país que tenga las cuentas saneadas, y transmita confianza a los inversores.
«Las SICAVs son un chollo fiscal»
Las SICAVs pagan un 1% por Impuesto de Sociedades (al igual que los fondos de inversión), lo que lleva muchos a pensar que si el Impuesto de Sociedades es del 25% y las SICAVs pagan un 1% tienen una ventaja fiscal enorme frente cualquier empresa. El primer error es ese, comparar una SICAV con una empresa ya que es un instrumento de inversión colectiva.
Seguidamente hay que tener en cuenta qué lugar ocupa la SICAV dentro de la estructura fiscal. De los beneficios sin impuestos de una empresa, se tributa bajo el Impuesto de Sociedades y seguidamente se repartirían a la SICAV en forma de dividendos. Ésta a su vez debe pagar el 1% de sus beneficios a Hacienda Pública y repartir su dinero a los accionistas. Los accionistas esta renta de capital vuelve a ser tributada bajo el IRPF. En total, desde los beneficios hasta el accionista el Estado se lleva el 40% del resultado empresarial por lo que más bien la SICAV debería tributar al 0% que a otro tipo de gravamen superior.
«El mercado/capitalismo gobierna la ley de la selva»
Un cliché muy ideológico es que en los mercados gobierna la ley de la selva, es decir, la ley del más fuerte o del que tiene mayor poder de coacción, lo que resulta un punto de vista dista mucho de lo que realmente son los mercados.
Las transacciones que se producen en un mercado son voluntarias entre las partes y quedan formalizadas en un contrato pactado bajo las condiciones acordadas. La ley de la selva es justamente lo contrario, una parte impone sus condiciones bajo coacción y la otra queda a su merced. El cliché también abarca el concepto de que los mercados premian a los ricos en contra de los pobres como ocurre en la selva dónde quiénes mandan son los que están arriba de la cadena alimentaria. Pues bien ese argumento de nuevo es falaz, los mercados no premian si eres rico, premian si eres eficiente.
Para entenderlo mejor, si repasamos la lista Forbes inaugurada en 1987 veíamos nombres como Yoshiaki Tsutsumi, Taikichiro Mori, Shigeru Kobayashi y Haruhiko Yoshimoto, todos ellos vinculados al negocio inmobiliario en Japón que por aquel entonces era la burbuja mayor del planeta ya que los bienes raíces de Japón supusieron el 20% de la riqueza mundial. Tras la burbuja la fortuna de estos patrimonios menguó de manera notoria y en la actualidad estos patrimonios no lideran ni ocupan puesto relevantes de la lista sino que tenemos a Bill Gates, Carlos Slim, Warren Buffett y Amancio Ortega ocupando la parte alta de la lista Forbes.