El asunto de Grecia, es una pelota a la que se va dando patadas hacia delante y el problema sólo hace que aumentar de tamaño día tras día y parece una historia interminable. Esta semana volvemos otra vez a encontrarnos con el mismo problema de siempre… El posible default de Grecia. Si en el mes de febrero se consiguió sortear la situación, prolongando el segundo rescate hasta finales de junio, con una serie de condiciones como es una reforma de las pensiones y una reforma laboral. Las negociaciones están encalladas, Grecia no quiere ceder y los socios europeos tampoco. Esta semana habrá un punto de inflexión para mal o para desastre… no hay muchas más opciones. El viernes 24 de abril, es la próxima reunión del Eurogrupo, en la que se dará visto bueno a las reformas de Grecia para que obtenga los 7.200 millones de euros. La postura griega es que no habrá recortes en salarios ni en pensiones, no subirá el IVA y no piensa flexinbilizar el despido. La postura del Eurogrupo es que quieren profundas reformas tanto en su sistema de pensiones como en el mercado laboral.
Las tensiones se desatarían si no hay acuerdo… y lo más peligroso que tenemos es que Grecia espera que el Eurogrupo ceda y al mismo tiempo, el Eurogrupo espera que Grecia ceda y aplique las reformas. Para más inri, hoy Grecia reestablecerá el salario mínimo hasta los 751 euros, lo que será otro palo en las ruedas de las negociaciones.
Hay una olla a presión importante y está semana veremos volatilidades importantes en el mercado, tratando de descontar cada comentario sobre las posiciones de ambos bloques. Mario Draghi, presidente del BCE, comentó que «No descartamos ninguna hipótesis» respecto al futuro de Grecia. Incluso Barack Obama ha metido las narices en el asunto y ha señalado que «Grecia debe iniciar reformas, recaudar impuestos, disminuir su burocracia y mejorar la flexibilidad del mercado laboral». Aquí todo el mundo opina pero aún no se están dando pasos firmes…
Los papeles ya se han distribuido y la función debe empezar este viernes… Cada parte tiene sus cartas para disputar esta dura partida.
Las cartas del Eurogrupo
La gran ventaja del Eurogrupo frente a Grecia es el factor tiempo,utilizar el miedo y las consecuencias del default, por el impago de la deuda. En un supuesto default, se volvería al dracma u otra moneda, que inmediatamente perdería una gran parte de su valor, se estima que caería más de un 50% frente al euro. En este escenario empezarían las tensiones inflacionistas, por el aumento del precio de las importaciones y se iniciaría un proceso de desabastecimiento en productos como fármacos y combustibles. Las empresas que tuviesen sus deudas en euros, automáticamente entrarían en quiebra, por lo que aumentarían los despidos. La estimación actual de ese escenario es que el PIB de Grecia podría contraerse un 10%.
Otra carta es que el mercado ya está descontando esta tensión y añade más presión a Grecia. El pánico se ha disparado en Grecia, una de las pruebas más evidentes es la cotización del bono griego a dos años. Si hace una semana el bono cotizaba con una rentabilidad del 20,5%, a día de hoy se sitúa por encima del 27%, una subida de seis puntos porcentuales en una semana. A este pánico ha contribuido la agencia de calificación S&P, porque el miércoles pasado rebajó la nota crediticia del país heleno a CCC+/C con perspectiva negativa, desde B-/B.
Además, Grecia está viviendo una aterradora huida de depósitos, entre los meses de diciembre y febrero el país perdió el 15% del total de sus depósitos y en cierre de febrero el total de depósitos era de 140.500 millones, niveles sólo vistos en marzo de 2005.
El siguiente gráfico es el total de efectivo de la economía griega y es el sumatorio de la cantidad de efectivo que se le asigna a Grecia en virtud de participar en la Eurozona y el dinero extra, que era cero antes de la crisis griega en 2009. Pues bien el total de efectivo se ha disparado, lo que significa que hay una demanda de billetes para ser retirados. En concreto vemos que desde el adelanto electoral, el incremento ha sido de 10.000 millones de euros hasta 40.000 millones, todos ellos en colchones de los ciudadanos helenos.
Con esta huida masiva no sería de extrañar que impusieran medidas sobre control de capitales, un corralito en toda regla, quizá antes que un default.
Las cartas de Grecia
Aunque queda claro que Grecia no posee una especial posición dominante en sus negociaciones, hay que tener claro que si posee cartas fuertes y también puede «jugar» con el miedo al default de su economía.
En primer lugar, se crearía un precedente de un país que abandona la Eurozona, un peligroso aviso a navegantes, ya que podría ser la mecha a un nuevo pánico en los mercados, subidas de rentabilidades en los bonos soberanos, aumentando el coste de la deuda y ya no habrían líneas rojas bajo ese concepto. Desde luego, ningún miembro del Eurogrupo pretende pagar más por su financiación y estancar las posibilidades de recuperación en la Eurozona por lo que quieren contener cualquier posibilidad de pánico.
Por otra parte, los acreedores de la deuda se verían en primera instancia sin el pago de sus compromisos más inmediatos. Recordemos que del volumen total de deuda se compone por 62% países de la Eurozona, 17% sector privado, 10% FMI, 8% el BCE y un 3% otros. Por lo tanto, los principal perjudicados serían los países miembros de la Eurozona. El principal perjudicado a más corto plazo sería el FMI porque el próximo 12 de mayo, Grecia debe devolverle 747 millones de euros y 2.000 millones a lo largo del mes de julio.
Al final vemos que las manillas del reloj no se detienen y nadie está dispuesto a ceder… Grecia es quién perderá más si finalmente no se llega a un acuerdo. Todo se decide el próximo viernes…