El problema de la deuda de la Unión Europea (UE) es aún peor que antes de la crisis financiera mundial de hace una década, con casi un billón de euros de préstamos incobrables que pesan sobre los bancos europeos. El bloque tiene un total de 910.000 millones de euros en créditos dudosos, aún más en comparación con los niveles de la crisis financiera.
Los préstamos dudosos surgen cuando los pagos no se hacen como se acordó originalmente entre el prestatario y el prestamista, que tal vez nunca se paguen, se han acumulado como un efecto posterior de la crisis financiera.
Los préstamos dudosos también dificultan la concesión de nuevos préstamos por parte de los bancos de la UE y es una cuestión frecuente que la Comisión de la UE quiere abordar.
La Comisión Europea quiere que los bancos puedan deshacerse más fácilmente de los préstamos dudosos y está considerando la posibilidad de adoptar un nuevo sistema que impida que los bancos puedan acumular préstamos dudosos.
Los 910.000 millones de euros representan el 4,4% de todos los préstamos concedidos en Europa y el importe de los préstamos incobrables en cada estado de la UE es muy diferente. El país con el nivel más alto de préstamos dudosos emitidos es Grecia, que tiene el 46,7% de los préstamos emitidos convirtiéndose en préstamos dudosos. A Grecia le siguen Chipre, Portugal e Italia. En Alemania, sólo el 2,1% de los préstamos se convierten en préstamos dudosos.
La Comisión de la UE también está preocupada por el hecho de que a los bancos les resulte difícil conceder nuevos préstamos debido a la superación de los préstamos dudosos, ya que considera que estos préstamos representan el mayor riesgo para el sistema bancario europeo.
La Comisión quiere reforzar los mercados secundarios con el fin de ofrecer una seguridad contra los préstamos dudosos, ya que esto permitiría a los bancos vender sus préstamos dudosos a los inversores o a los proveedores de servicios de crédito. El Gobierno Federal alemán ha dicho que los enormes riesgos en el sector bancario europeo deben reducirse antes de que puedan empezar a compartir la carga de este problema financiero.
Marc Fortuño