Si hay una Bolsa de valores que no entraría en el largo plazo ni que me pagaran, esa es la Bolsa de Japón cuyo índice de representativo es el Nikkei 225. Como se puede apreciar en el gráfico la evolución es desoladora… nada más y nada menos que 25 años manteniendo una estructura bajista formada por máximos y mínimos decrecientes. Cuando hablamos de que las Bolsas tienden a ser alcistas en el largo plazo, a su vez, es justo mencionar la Bolsa de Japón como contrapunto de los mercados alcistas continuados.
Para explicar el por qué de este mercado bajista debemos detallar que le precedió un mercado alcista al calor de una burbuja inmobiliaria, pero no una burbuja inmobiliaria cualquiera… más bien la madre de todas las burbujas inmobiliarias. La burbuja inmobiliaria fue tan inmensa que desde 1955 a 1989 los bienes inmuebles se llegaron a multiplicar por 75 veces, hasta suponer el 20% de la riqueza mundial. En el momento antes del pinchazo La Bolsa de Japón registró un PER aproximado a 40 veces y la valoración de las acciones de Tokyo era el 40% del valor mundial por lo que no hay precedentes en la historia de una burbuja tan intensa. Al final paso lo que pasa en todas las burbujas… que cuando nadie da un yen más y la euforia es máxima simplemente estallan.
Seguidamente ya se pueden imaginar lo que supuso el estallido de la burbuja… caída del precio de las acciones, lo que llevó al Nikkei 225 a depreciarse un 40%sólo en 1990, una caída continuada de los precios de los inmuebles que por efecto riqueza arrastraba por los suelos la demanda interna provocando deflación, una crisis bancaria que financió la burbuja, desplome del crédito a familias y empresas y por último, un aumento en los sucesivos déficits públicos por los continuados planes de estímulos que incrementaron año tras año afectando al volumen total de deuda pública hasta alcanzar los actuales niveles por encima del 230% sobre el PIB.
Durante el transcurso de más de 25 años, el índice Nikkei se ha enfrentado hasta cinco veces a la recta directriz bajista, formada por sus máximos decrecientes. Sin embargo parece no hacer encontrado aún los motivos para desvincularse de este sentimiento bajista en los inversores.
Abenomics, ¿El cambio de tendencia?
Tras una década de estímulos fallidos, en 2013 el primer ministro Shinzo Abe decidió que el fracaso de las anteriores medidas había sido por su ajustado tamaño de las mismas por lo que decidió emprender el programa de estímulos económicos conocido popularmente como Abenomics. El programa de «las tres flechas» consiste en estímulo fiscal, expansión monetaria y reformas estructurales. El estímulo fiscal pretende aumentar el gasto público para aumentar el crecimiento del PIB japonés. La expansión monetaria persigue duplicar la masa monetaria en los próximos diez años, para que los japoneses dejen de ahorrar y gasten generando inflación con objetivo del 2%. Las reformas estructurales se centran en en desregularizar varios sectores entre los que se encuentran la sanidad, agricultura y el mercado laboral para favorecer la competitividad. Ante tal programa de estímulos, el índice Nikkei subió en 2013 por la inflación bursátil que genera un programa de flexibilización cuantitativa, desde los 9.400 puntos hasta los 15.800 puntos, hasta la recta directriz bajista.
¿Qué errores/problemas descuenta la Bolsa de Japón?
Las políticas de estímulo llevadas tanto en Japón simplemente no funcionan… no se puede pretender salir del estancamiento económico trampeando la economía a través de unos estímulos que la única influencia final es que el dinero cada vez tiene menor valor, penalizando al ahorrador en favor del endeudado. Monetizar la deuda por parte del Banco de Japón, aunque se pague muy poco interés (rentabilidad del 0,5% en el bono a diez años japonés), conlleva el efecto expulsión del sector privado de la financiación, siendo la deuda pública la gran acaparadora del dinero creado de la nada, por lo que la economía productiva no termina de ponerse en marcha.
Otro grave problema es su modelo económico de baja productividad en el que su tejido empresarial durante los últimos años se ha seguido basando en unos márgenes muy bajos por lo que finalmente no compiten con producto de un gran valor añadido, compiten a través de un yen devaluado para que los dólares y los euros caros puedan sostener su modelo de exportaciones.
El problema del gasto público es alarmante en el país nipón… tras políticas fiscales que han abultado la deuda de la nación, actualmente dedican el 22% del presupuesto al pago de intereses de la deuda. El envejecimiento de la población es otro problema que afecta a que el modelo actual de pensiones sea insostenible, debido a que más del 20% de la población tiene 65 años. Por lo que hacer frente a una deuda del 230% del PIB con este nivel de gasto público pone en riesgo el pago de sus obligaciones como país.
Por último mencionar que si el primer ministro Abe pretendía obtener inflación, supongo que celebrará los últimos datos del IPC, en especial el de agosto que muestran un avance del 3,29%. Pero estos datos son algo tendenciosos ya que por un lado se deben a la subida del IVA del 5% al 8% aprobada en abril y sobretodo al incremento de los precios de los hidrocarburos importados, pagados en dólares, por un yen devaluado. Es más, desde 2011 gracias a esta gran devaluación del yen, la balanza comercial de Japón ha pasado a terreno negativo y en 2013 la balanza comercial era del -2,41% hasta los 11,47 billones de yenes.
crack ! Un economista bien informado hace unos meses hice un trabajo en forma de vídeo que al final no he publicado sobre esto pero quizás lo publique.
Un saludo