Tras las elecciones en Venezuela, Nicolás Maduro fue reelegido en el cargo de Presidente para el periodo 2019-2025, en medio de la abstención más alto de la historia de Venezuela (46%). En consecuencia, la situación de la economía veloz gana no parece y que vaya a dar un vuelco con las políticas continuistas que han dado un pésimo resultado al desarrollo del país.
Actualmente, la situación es desesperada para los venezolanos que se ven azotados por una devaluación continuada de su divisa, en la que actualmente un dólar equivale a 748.553 bolívares fuertes. Para más inri, la gran reforma para atajar esta situación es quitarle ceros a la moneda venezolana y a partir de junio habrá una reconversión con una pérdida de tres ceros.
Asimismo, dada esta devaluación que encarece las importaciones del país, se estima que en la inflación actual del país es del 14.000%, una escalada de precios que no ofrece seguridad jurídica alguna para los ahorradores que deben de desprenderse rápidamente de su divisa porque su valor se deteriora segundo segundo.
Fruto de esta situación de hiperinflación, se ha producido un empobrecimiento generalizado. De hecho, el salario mínimo de Venezuela se ha devaluado tanto o que equivale actualmente a unos 30 euros.
En consecuencia, ante este escenario, el venezolano intenta hacer todo lo posible para deshacerse de su divisa y una de las maneras que encuentra, ante la escasez de dólares, es adquirir bolsa. Por ello, estamos viendo que en lo que va de año el selectivo IBC acumular una subida del 1.733%, pasando de 1.263 puntos a los 22.795 puntos.
Tiene todo sentido el mundo la espectacular subida del índice, pues ante contextos de hiperinflación, lo más seguro (o la opción menos mala) para el ahorrador es adquirir cualquier tipo de derecho de propiedad que esté a su mano para tratar de protegerse de la subida de los precios. Para los venezolanos comprar su bolsa implica adquirir empresas que pueden trasladar el auge de los precios a los consumidores y, por lo tanto, tener una mínima protección ante el escenario que hundimiento de la economía.
La bolsa de Venezuela supone una manera para amortiguar las pérdidas derivadas de la devaluación de la divisa. No obstante, la rentabilidad acumulada desde enero queda muy por debajo de la actual inflación el, por lo que la rentabilidad real de los inversores es negativa.
Marc Fortuño