En sus previsiones económicas trimestrales, la Comisión Europea también revisó a la baja sus estimaciones para la inflación en el bloque de 19 países el próximo año, que ahora se espera que sea inferior a lo previsto por el Banco Central Europeo, lo que probablemente complicará los planes del banco para una subida de los tipos de interés este año.
El Ejecutivo dijo que el crecimiento de la Eurozona se reducirá al 1,3% este año, desde el 1,9% en 2018, y se espera que repunte en 2020 hasta el 1,6%.
Las nuevas estimaciones son menos optimistas que las previsiones anteriores de la Comisión, publicadas en noviembre, cuando Bruselas esperaba que la zona euro creciera un 1,9% este año y un 1,7% en 2020.
Se espera que el crecimiento en la Unión Europea de 27 naciones -sin Reino Unido, que tiene previsto abandonar el bloque en marzo- disminuya hasta el 1,5% este año, frente al 2,1% en 2018. El próximo año, se prevé que el bloque crezca un 1,8%.
Todos los países de la Unión Europea están preparados para seguir creciendo, y se espera que el bloque registre su séptimo año consecutivo de expansión, pero los Estados miembros más grandes se frenarán significativamente.
En Alemania, la mayor economía del bloque, se espera que el crecimiento se reduzca al 1,1% este año, desde el 1,5% en 2018. La Comisión ya había previsto un crecimiento del 1,8% para Alemania este año.
También se prevé que Francia, Italia, España y los Países Bajos reduzcan el ritmo de su expansión, e Italia será la economía más lenta de toda la UE, con un crecimiento de tan solo el 0,2% este año.
La Comisión citó las tensiones comerciales mundiales y la ralentización de China como los principales obstáculos para la economía de la Unión Europea.
Pero también mencionó las renovadas preocupaciones sobre la sostenibilidad de la deuda, sobre todo en Italia, como causa de la ralentización, ya que Roma aprobó una previsión de presupuesto libre de gastos que tendría efectos limitados sobre el crecimiento.
La desaceleración económica prevista por la Comisión es peor que la observada por el BCE en sus últimas proyecciones publicadas en diciembre, cuando el banco esperaba que la zona euro creciera un 1,7 por ciento este año.
En otra preocupación para el BCE, la Comisión espera que la inflación de la zona euro se sitúe este año en el 1,4%, por debajo de las estimaciones del BCE del 1,6%, y más lejos del objetivo del banco de una tasa cercana al 2%.
Después de diciembre, los responsables de la política monetaria del BCE han afirmado que es probable que las nuevas previsiones del banco para marzo se revisen a la baja.
Marc Fortuño