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Después de las sombrías cifras de fabricación de China y de la degradación de las previsiones de beneficios de Apple, las próximas negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China del 7 de enero ofrecen una cierta esperanza para que las dos partes acepten las consecuencias negativas de su actual conflicto comercial.
La caída de los mercados y el aumento de los signos de advertencia en las economías más grandes del mundo están agregando presión sobre los negociadores estadounidenses y chinos para avanzar en un acuerdo comercial. Ahora que la guerra comercial comienza a afectar los precios de las acciones mundiales y el ritmo de la expansión económica mundial, tanto Trump como Xi tienen un incentivo para llegar a un acuerdo.
El presidente Trump elogió el «progreso positivo» en el comercio después de su última llamada telefónica con el presidente Xi. Tras la intensificación de la incertidumbre desde la cumbre del Trump-Xi y el G-20, los mercados se alegrarán si se produce un nuevo impulso hacia un acuerdo comercial para finales de marzo. Sin embargo, cualquier retroceso en los aranceles impuestos no es algo que uno pueda esperar, lo que significa que el impacto negativo a medio plazo en ambas economías y, por lo tanto, en el resto del mundo, será inevitable.
Los datos económicos de China continuarán siendo recogidos por el impacto de la guerra comercial. Mientras tanto, la apreciación del 1,2% del yuan en diciembre, la mayor de los últimos doce meses, es un buen augurio para una mejora sostenida de las reservas de divisas de China tras el descenso de las reservas en noviembre.
Los Estados Unidos habían planeado aumentar los aranceles sobre más de 200.000 millones de dólares de productos chinos del 10% al 25% en enero, pero Trump aceptó un retraso de 90 días a principios de diciembre. Por lo tanto, estamos en un momento de stand by a la espera de la resolución.
Sin embargo, la posibilidad de un alto el fuego en la guerra comercial entre los Estados Unidos y China es probable que brinde poco alivio a los inversores en medio del actual cierre del gobierno de los Estados Unidos y la preocupación de que Trump pueda amenazar la independencia de la Reserva Federal.
Marc Fortuño
