Toda acción tiene su reacción.. Con el escenario de tensión política que está planteando el bloque secesionista catalán, se está incentivando a las grandes empresas instaladas en Cataluña a tomar la decisión de salir de la autonomía catalana. Muchas firmas ya han comunicado su abandono y otras, están estudiando el escenario.
Los primeros movimientos ya los tenemos sobre la mesa, como la empresa de telecomunicaciones Eurona y la biotecnológica Oryzon Genomics, que ya han anunciado sus respectivos planes para trasladar sus oficinas a otras partes de España, lo que ha provocado un fuerte aumento de los precios de sus acciones.
Pero los pasos más importantes se están dando en la banca. El Banco Sabadell ya ha anunciado que dice adiós a Cataluña y trasladará su sede social a Alicante. Esta noticia ha encantado a los inversores que si en la sesión del miércoles las acciones cayeron un 5,69%, en la sesión de ayer, las acciones subieron un 6,16%.
¿Y Caixabank? El gran quid de la cuestión está en el otro gran banco catalán. Si repasamos sus estatutos, vemos un pequeño problema… Para trasladar su sede social fuera del término municipal es necesario que la Junta General de Accionistas lo apruebe, lo que supondría esperar 30 días, en un escenario en el que el tiempo vale oro y más si se trata para la tercera entidad del país.
La solución la pone hoy el Gobierno español, con la aprobación en Consejo de Ministros de un decreto urgente que permita únicamente por decisión del Consejo de Administración poder trasladar su sede. Con esta vía, Caixabank buscaría trasladar su sede en Palma.
Los movimientos puede que no acaben aquí… Nos encontramos con que el grupo alemán Volkswagen tiene una fábrica Seat en Martorell que con una producción de 2.000 coches al día. IAG, la compañía matriz de British Airways, es propietaria de dos aerolíneas en Cataluña de Vueling y la nueva aerolínea de bajo coste Level, Nestlé, Ferrari y la holandesa Akzo Nobel.
Marc Fortuño