Tras las elecciones, el escenario de incertidumbre se ha impuesto. Acuerdos, coaliciones, reuniones y fórmulas varias han sido los movimientos por las diferentes fuerzas políticas, pero a día de hoy la formación del Gobierno se aleja cada vez más por la falta de capacidad para pactar. Es más, ya se empieza a dibujar un escenario de nuevas elecciones para el 26 de junio, es decir, más incertidumbre si cabe.
Tener un gobierno estable es clave para los próximos años ya que resulta esencial para mantener la confianza, como perseverar en la aplicación de las reformas estructurales que reduzcan las vulnerabilidades de la economía española y permitan mejorar su capacidad de crecimiento futuro. Uno de los datos clave para los próximos cuatro años es que necesitaremos hacer frente a 616.000 millones de euros correspondientes a la deuda pública (principal e intereses). En este entorno, la incertidumbre sobre la formación de un Gobierno y su falta de estabilidad significará en un futuro refinanciar los vencimientos de deuda pagando mayores intereses.
Asimismo, los malos datos empiezan a brotar… El Indicador mensual de Confianza del Consumidor (ICC) muestra un deterioro claro en las expectativas de los consumidores desde las pasadas elecciones generales celebradas en diciembre. Por encima de 100, el ICC indica una percepción positiva de los consumidores y por debajo de 100 una percepción negativa. En el mes de marzo el ICC se situó en 92,6 puntos, 2,6 puntos por debajo del dato del mes anterior que vuelve a situar al índice por debajo de los valores obtenidos en los últimos 14 meses. Este nuevo retroceso del ICC se produce tanto por una peor valoración de la situación actual, que baja 2,1 puntos en este mes, como por el descenso de las expectativas, que alcanza los 3,1 puntos.
La evolución trimestral ofrece una evolución verdaderamente negativa que ahonda la ligera caída experimentada en el último trimestre de 2015. El ICC del primer trimestre del año pierde un 8% respecto al registrado en el trimestre anterior, con mayores caídas en el índice de expectativas (-10,6%) y pérdidas más moderadas en el índice de situación actual, -4,7%. Estos descensos del ICC que estamos viendo, guardan cierta similitud con los descensos producidos en el año 2007 o 2012, años en el que se impuso la recesión económica en el país.
No sólo la confianza de los consumidores está dañada sino también la de otros agentes económicos como los inversores… Recordemos que finalmente 2015 cerró con un déficit del 5%, lo que supone ocho décimas más del pacto con Bruselas en la Ley de Estabilidad. El FMI ya ha comentado que «El alza en 2015 lo que hace es fortalecer la necesidad de continuar con el ajuste fiscal en 2016».
Asimismo, el Banco de España ha notificado que en el período enero-marzo de este año ya se habría producido una desaceleración de la actividad económica. En concreto, el PIB habría crecido un 0,7 % (0,8 % en el cuarto trimestre de 2015). Y detalla que las dudas acerca del curso futuro de las políticas económicas podrían incidir negativamente en las decisiones de gasto de los agentes privados, especialmente si la actual situación de incertidumbre política se prolongase en el tiempo.