Ayer el oligopolio que forma la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) se reunió en Viena para decidir su política para la producción de petróleo, tras las fuertes bajadas del crudo en los últimos meses. La conclusión del encuentro fue la de mantener la producción actual de 30 millones de barriles al día. Esta decisión muy fue liderada por los productores del Golfo Pérsico, encabezados por Arabía Saudí. No obstante, países como Venezuela o Irán estuvieron en las antípodas de esa decisión final, ya que preferían que se recortara la producción de barriles con el fin de que el precio del crudo aumentara y beneficiarse de mayores ingresos.
Es lógico que estos dos bloques no compartan intereses porque Arabia Saudita, Qatar y los Emiratos Árabes tienen el precio de equilibrio más bajo de toda la OPEP por lo que no tienen inconveniente de mantener los niveles de producción y aunque el precio bajara se sentirían cómodos con las cotizaciones e incluso podrían aguantar algunos años con los actuales precios. Por contra, a Venezuela no le salen los números y es que el país con una gran dependencia a la evolución del crudo ha experimentado una caída del 30% de sus ingresos en el último mes.
La conclusión de la reunión que se mantuvo sería la mencionada por Abdalla El-Badri, secretario general de la OPEP: «La organización no tiene un precio meta para el petróleo». Lo que nos da a entender probablemente no habrán modificaciones en los niveles de producción sean cuales sean los precios del barril.
El petróleo de esquisto la clave de la decisión de la OPEP
Si nos remontamos a 2006, las constantes innovaciones en materia energética han propiciado que los Estados Unidos puedan explotar los recursos del petróleo de esquisto, con una producción que ha ido año tras año creciendo. Las zonas donde la producción de esquisto es más rentable está en la formación de Bakken, en Dakota del Norte y en Eagle Ford en Texas, donde los costes giran alrededor de 50 a 65 dólares el barril.
Otras regiones de los Estados Unidos como la cuenca texana Permian, donde los costes de extracciónse encuentras entre los 80 a 90 dólares, por lo que se han hecho menos atractivos con la caída de los precios. Incluso para otros proyectos, es necesario incluso un barril a al menos 110 dólares para cubrir los gastos.
Comparativamente hablando, cuesta entre 3 y 4 veces más caro explotar el petróleo de esquisto de los Estados Unidos que producir crudo en el Medio Oriente. Es por ello, que la estrategia de la OPEP no estaría orientada a encarecer el precio del barril ccon el único fin de dañar las inversiones realizadas en los EEUU en esquisto para así restar competitividad a algunos proyectos futuros debido a los elevados costes de producción, lo que permitiría una comodidad mayor para los miembros de la OPEP en el largo plazo.
Evolución del crudo
Tras conocerse la decisión de la OPEP de mantener los actuales niveles de producción y que no hubiera restricciones con el fin de aumentar los precios, el petróleo cayó bruscamente. Mientras que el barril de West Texas ha llegado a caer hasta un 9%, el barril de Brent ha llegado a ceder un 8,31% hasta los 71,29 dólares.
El barril de Brent está de capa caída, desde principios de año la caída ha sido de un 33% y únicamente en está semana los descensos han sido del 8,6%. El barril de West Texas incluso ha cotizado en los 69 dólares, unos niveles que no veíamos desde hace cuatro años.