La Reserva Federal ha confirmado que comenzará a eliminar los efectos de su programa de compras masivas de activos, o de flexibilización cuantitativa (QE), a partir del próximo mes. El banco central del país estableció disposiciones para reducir el tamaño de su balance -que se situaba en 4,2 billones de dólares- en un anuncio de política económica que también mostraba que los tipos de interés se mantenían en su nivel actual.
En tres rondas de QE a partir de 2008, la Fed compró bonos del Tesoro estadounidense y valores respaldados por hipotecas con la esperanza de que los vendedores -en su mayoría empresas de servicios financieros como bancos- utilizaran los fondos obtenidos para reforzar la recuperación económica estadounidense a través de la inversión y los préstamos.
Su anuncio indicaba que aún no vendería bonos pero que reduciría la reinversión lentamente al reducirse inicialmente hasta 10.000 millones de dólares cada mes. El límite de reinversión está previsto que aumente en 10.000 millones de dólares cada tres meses hasta un máximo de 50.000 millones de dólares en el futuro inmediato
Por su parte, se ha mantenido la idea de que era probable que este año se produjera una nueva subida de los tipos de interés, a pesar de que la inflación se situaba en niveles más bajos de lo esperado, y se estaba «vigilando de cerca» el crecimiento tímido de los precios.
En relación a la inflación, los precios más altos de la gasolina y algunos otros artículos después de los huracanes probablemente impulsarán temporalmente la inflación. Además de ese efecto, se espera que la inflación a los 12 meses se mantenga algo por debajo del 2% en el corto plazo.
El resto de datos económicos son positivos. El mercado laboral ha continuado fortaleciéndose y que la actividad económica ha estado creciendo moderadamente en lo que va del año. El aumento del empleo se ha mantenido sólido en los últimos meses y la tasa de desempleo se ha mantenido baja.
Marc Fortuño