La rentabilidad de los bonos estadounidenses ha subido en las últimas semanas, ya que los inversores han apostado cada vez más a que la Reserva Federal elevará las tasas de interés una vez más al final del año. Una Reserva Federal que está deshaciendo las políticas de dinero fácil más rápido de lo que los inversores anticipan podría enviar las rentabilidades de los bonos a niveles más altos.
Trump nominó a Jerome Powell para dirigir la Reserva Federal una vez que el actual presidente Janet Yellen expira su mandato, en un movimiento ampliamente esperado y poco probable que perturbe los mercados que viven en un estado de complacencia. Powell tendrá su trabajo con inversores y economistas por igual buscando cualquier signo de inflación latente o crecimiento salarial.
Sin embargo, en el mercado de bonos se está desarrollando un hecho muy interesante pues ha alcanzado su nivel más bajo desde antes de la crisis financiera. El diferencial entre el rendimiento de los bonos a dos años y el rendimiento a diez años ha estado comprobando mínimos que no se veían desde antes de la crisis financiera.
Como se puede apreciar en el siguiente gráfico, la curva de rendimientos del bono americano se ha movido sustancialmente en el último año, especialmente la parte corta marcada por las subidas de los tipos de interés de la Fed. La rentabilidad del bono a un año ha pasado de 0,6% en noviembre de 2016 hasta el actual 1,43%.
Es decir, en los últimos 12 meses, el bono estadounidense a un año se ha incrementado 83 puntos básicos, una subida que ha ido aplanando la curva de rendimientos. Un hecho curioso es que si los tipos a largo se mantienen y se produce la misma subida adicional en los próximos 12 meses, veríamos una curva de rendimientos totalmente aplanada, tal y como se produjo en el año 2000 y 2007.
No obstante, muchos analistas interpretan que el impacto de la Fed en el mercado de bonos podría ser limitado. La Fed ha mostrado claramente sus intenciones de normalizar su balance general y aumentar gradualmente los tipos de interés en los próximos meses por lo que veremos cómo termina afectando a la evolución de la curva de rendimientos del bono estadounidense.
Marc Fortuño