Cuando un inversor adquiere un activo con un vencimiento superior a su período de inversión, en esta fecha tiene que ser vendido en el mercado secundario. Si durante este período los tipos de interés han subido, el inversor obtendrá una rentabilidad inferior a la esperada y, en función de esta variación, podría producirse una pérdida de capital. Evidentemente, una caída de los tipos de interés proporcionará una rentabilidad superior a la inicialmente prevista.
Es fácil entender cómo los tipos de interés afectan a los precios de los activos de renta fija en el mercado secundario. Cuando los tipos de interés de las nuevas emisiones suben, los precios de los bonos ya existentes bajan, ya que los inversores sólo están dispuestos a comprar los antiguos si su precio baja y así garantizar al comprador una rentabilidad equivalente al de las nuevas emisiones. Por otra parte, cuando bajen los tipos de interés, subirá el precio de las emisiones antiguas en el mercado secundario. En ambos casos, son los movimientos en la TIR los que ajustan el precio. La TIR permite homogeneizar la rentabilidad de cada emisión para compararla con los tipos de interés del mercado.
La sensibilidad del precio a los cambios en el tipo de interés depende del número de cupones pendientes, su distribución, monto y el resto de los ingresos a recibir. Esta sensibilidad se mide a lo largo de la vida del activo. Cuanto más dura, mayor es el riesgo porque, frente a subidas o bajadas de los tipos de interés, el precio del producto bajará o subirá en mayor o menor medida. Por ello, el efecto de un cambio en los tipos de interés sobre el precio de un producto de renta fija es mayor cuanto mayor sea la vida útil hasta la amortización.
Además de la medición del riesgo, la duración es el momento de la vida de un bono en el que el valor de todos los pagos ya recibidos es el mismo que el de los pagos a recibir, todos ellos valorados a esa fecha. El inversionista debe saber que al comprar un bono, el riesgo de la tasa de interés puede ser eliminado.
Viendo cómo se comporta el precio de los bonos, ante las subidas de tipos que previsiblemente planteará el BCE para 2019, muchos inversores ya se están desprendiendo de los bonos de su cartera, especialmente si ésta es de alta duración debido a que es más sensible a la eventual subida de tipos de la autoridad monetaria. Actualmente se vive en la complacencia de tipos al 0% desde marzo de 2016, y la intervención en el mercado secundario de deuda vía QE, una política monetaria que no durará toda la vida, por lo que en algún momento (previsiblemente en 2019) el BCE subirá tipos.
Pero algunos pensarán que lo importante es percibir el cupón periódicamente ya que el horizonte temporal de la inversión es superior al periodo de inversión. El problema de esta decisión de inversión es que actualmente, los bonos de elevado rating ofrecen una TIR que queda por debajo de los niveles del IPC actuales y del objetivo del BCE, lo que se estaría asumiendo no una pérdida nominal pero sí una pérdida real, es decir, menguar la capacidad de compra del inversor.
Marc Fortuño