Las recomendaciones bursátiles es uno de los apartados más interesantes de la información sobre los mercados financieros porque a parte de analizar un valor, un sector o bien un entorno económico mediante los datos informativos recogidos se concluye que papel deberían tomar los inversores con su dinero sobre el objeto de análisis. También los propios analistas, normalmente especializados, desarrollan un papel muy importante que influye significativamente en los vaivenes de las cotizaciones en el muy corto plazo.
Previamente a la lectura del análisis económico deberíamos conocer, quién es el analista, para quién trabaja o bien es un analista independiente, de este modo podríamos filtrar si existe algún tipo de conflicto de interés con la realización de ese documento de carácter informativo.
Los conflictos de intereses, suelen darse en el sector servicios de inversión debido a que las firmas suelen encargarse de la colocación de emisiones, asesoramiento en grandes movimientos corporativos y demás que son la principal fuente de ingreso por lo que puede haber una presión añadida sobre el analista a la realización de un determinado informe. Lo importante no es si existe un conflicto de interés en las recomendaciones sino como se resuelve tal circunstancia.
Comprar, vender o mantener…
Los analistas de mercado abarcan sus recomendaciones en tres grandes categorías, comprar, vender y la más curiosa de todas mantener (ni frío ni calor). Los analistas suelen recomendar comprar, por el conflicto de interés mencionado anteriormente pero a su vez, hay que ser honestos con nosotros mismos, y nos encanta que nos “regalen los oídos” que nos ofrezcan palabras amables, previsiones de crecimiento, que todo irá bien… y nos digan dónde meter nuestro dinero no dónde no meterlo en definitiva demandamos información optimista!!… ¿A quién le interesa realmente que le vendan catastrofismo, incertidumbre y en definitiva miedo a través de una recomendación de venta? Por ello, si ciframos en porcentajes sobre las recomendaciones que nos ofrecen los analistas nos encontramos que el 65% de las recomendaciones son compra, un 20% mantener y el 15% restante vender.
La parte más interesante de la recomendación del analista no es al final si comprar o vender sino el proceso y los datos mediante los cuales se ha llegado a aquella conclusión. Quizá otro analista, con los mismos datos, podría ofrecer una recomendación distinta porqué partimos de criterios subjetivos, nunca objetivos, que se forman a través de la experiencia de los mercados financieros y al final se basa en la percepción de la realidad.
Con la aparición de las páginas webs de información económica, las redes sociales y los blogs de análisis bursátil se ha producido una especie de proceso de “liberalización” en términos informativos de las recomendaciones, lo que mejora claramente la calidad del análisis ya que hay una mayor oferta, y los usuarios pueden tener más puntos de vista que les permitan al final establecer un criterio propio en base a los argumentos que hay detrás de cada tipo de recomendación.