La Real Academia Española define el término riesgo como contingencia o proximidad de un daño, pero si hablamos de riesgos de mercado el daño serían las pérdidas como consecuencia de un cambio del escenario del mercado. Si nos ceñimos al aspecto contable de los balances, el riesgo de mercado que derive en descensos de los precios exigirá registrar pérdidas en las posiciones de balance evaluadas a valor razonable (precio de mercado).
Del riesgo de mercado se derivan tres grandes riesgos como pueden ser el riesgo generado por las fluctuaciones de los tipos de interés, tipos de cambio y el de la evolución de las cotizaciones de los instrumentos financieros o de las commodities (materias primas).
– Riesgo sobre los tipos de interés: El riesgo de mercado producido por la variación de los tipos de interés repercutirá en nuestra cartera de inversión según la sensibilidad de cada uno de los instrumentos financieros, en especial los bonos y derivados cuyo subyacente sea el tipo de interés.
– Riesgo sobre los tipos de cambio: Nuestra cartera de inversión, mostrará las posiciones de los diferentes instrumentos financieros en sus respectivas divisas por lo que las fluctuaciones en el mercado Forex repercutirá directamente a la rentabilidad de nuestra inversión.
– Riesgo sobre los instrumentos financieros: El precio del instrumento financiero será quién fije en primera instancia la evolución de nuestra inversión.
Sin embargo estos no son los únicos riesgos del mercado, también debemos hablar de los riesgos operativos, que estarían referidos a los errores que se puedan derivar en el proceso de inversión que involucren directamente al intermediario financiero o bien a sujetos o acontecimientos externos. Recientemente hemos visto como una empresa puntera como Gowex, había falseado las cuentas durante al menos cuatro años y el auditor (sujeto externo del riesgo operativo) habría dado el visto bueno a los estados contables.
Entre estos diferentes riesgos del mercado deberíamos diferenciar a su vez entre riesgos genéricos y riesgos específicos. El riesgo genérico serían las pérdidas producidas por cambios adversos del mercado como pudiera ser la tasa de desempleo de Estados Unidos que genera mucha volatilidad al mercado. Por contra, el riesgo específico se produciría cuando afecta directamente al emisor del activo, por ejemplo si una agencia de calificación rebaja el rating de un país emisor de deuda soberana, los bonos se verían duramente castigados.
El modelo VAR para valorar los riesgos de mercado
Existen una gran variedad de modelos estadísticos para valorar el riesgo de mercado que se extendieron en la década de los ochenta y fueron popularizados. Sin duda el más extendido sería el modelo Valor en Riesgo (Value at Risk:VAR). Este modelo pretende calcular la pérdida máxima que se puede generar en una cartera de inversión que pueda contener diferentes instrumentos fianancieros como puedan ser acciones, bonos, préstamos, instrumentos derivados con un horizonte temporal previamente definido y unos niveles de confianza.
El horizonte temporal en los que se forman los cálculos estadísticos suele estar comprendido entre un día y un mes y los niveles de confianza son discrecionales por lo tanto son libres y prudenciales. En la práctica se suelen utilizar los niveles de confianza del 95, 99 y 99,5 por ciento esto significa que en un modelo VAR del 99% de nivel de confianza, la probabilidad de que el precio sufra una caída superior a la estimada es del 1%, lo que significaría que de cada 100 días, un día veríamos la superación de los límites previamente establecidos.