Seguramente a muchos de nosotros, en nuestra entidad bancaria o nuestro asesor, nos habrán comentado, bajo folleto en mano, la oportunidad que representa una Oferta Pública de Venta (OPV) o una Oferta Pública de Suscripción (OPS) de una determinada empresa, de las fabulosas expectativas, que representa en el medio/largo plazo, del compromiso de la empresa con sus accionistas, en definitiva vendernos la idea de ese negocio en cuestión. Estas operaciones son salidas a bolsa, lo que de manera directa implica que la empresa deberá registrarse en el regulador bursátil, en el caso español la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y la sociedad entrará en el juego de la oferta y la demanda del mercado.
Antes de nada, debemos diferenciar entre una OPV y una OPS… En la OPV son los antiguos accionistas quiénes ponen a disposición del publico parte de las acciones acciones al público. Sin embargo, si hablamos de las OPS hay un ligero matiz, las acciones que se ponen a disposición del público son de nueva emisión, fruto de una ampliación de capital. De este modo, adquieren capital para financiar el negocio empresarial.
La cautela ante todo, cuando una empresa realiza una OPV debemos pensar en dos aspectos fundamentales de la salida a bolsa.
El primer aspecto que nos debería interesar, obviamente es el precio. Si usted tuviera una empresa y quisiera iniciar la una andadura bursátil, y desprenderse de esas acciones ¿Cómo valoraría esos títulos a un precio alto o bajo? obviamente, ya que te desprendes de las acciones, procuraríamos que fuera a un precio alto, lo que si beneficia a la parte vendedora perjudica a la compradora y pagaría un sobreprecio. También, tenemos que tener en cuenta que en las salidas a bolsa previamente las agencias colocadoras separan el precio por tramos, una trama al cliente minorista, uno al cliente mayorista, y otro tramo para los empleados. Una buena salida a bolsa siempre viene acompañada por la colocación del tramo mayorista, ya que es un cliente experto y más informado, que el minorista. Si la colocación no tiene interés para los grandes (clientes mayoristas) cualquiera de nosotros deberíamos de desestimar cualquier OPV u OPS
El segundo aspecto clave de las salidas a bolsa es el entorno, raramente veremos empresas salir a bolsa cuando hay periodos muy inestables. Por ejemplo, en España en 2011 habían planes para privatización del 30% de Loterías y Apuestas del Estado, pero ay maldita crisis!!, el mercado estaba muy volátil y sencillamente las condiciones de mercado no acompañaron. Por otro lado, los buenos datos de este año, una mayor estabilidad y la tendencia alcista de nuestra selectivo bursátil han animado a muchas empresas ha probar suerte en las llanuras de la bolsa.
Si estuviéramos interesados a formar parte del accionariado de una empresa debemos de valorar los aspectos más fundamentales de sus resultados que probablemente aparecerán en el folleto, como en margen del negocio, la evolución del EBITDA, política de dividendos, el PER o lo que es lo mismo, cuántas veces nuestra inversión corresponde a los beneficios actuales de la empresa. En definitiva, una serie de datos significantes que nos hagan un esquema mental sobre si nos compensa o no ser accionistas.
Por último, como punto de vista únicamente personal soy partidario de que antes de invertir hay que conocer no sólo los fundamentales sino el aspecto técnico de la cotización de los títulos, por ello, por lo general prefiero aquellos valores ya cotizados con una gran trayectoria y determinar así que hay una coherencia entre tendencia y resultados/situación de la empresa. A raíz de esto, y por lo general, no me parece de interés una Oferta Pública de Venta (OPV), ya que carezco de una información básica… LA TENDENCIA del precio del valor. Es más, unn hecho que me disuade mucho de cualquier OPV u OPS es que normalmente las acciones después de una salida a bolsa las acciones caen por la sobrevaloración mencionada anteriormente. Como ejemplo tenemos a Twitter y a Facebook, empresas de la era tecnológica cuyo índice Nasdaq lidera los avances de la bolsa americana, pues bien a pesar de un escenario tan oportuno, el primer día de ambos valores se desplomaron más de un 9%.