Tras mes y medio de empezar el año presenciamos que los números rojos han teñido los índices bursátiles y está siendo el peor inicio de un año en la historia del mercado. En Europa el EuroStoxx 50 está perdiendo un 13,17% y el Ibex 35 acumula unas pérdidas del 14,10% desde el inicio del año. Las caídas las está liderando el sector financiero: Unicredit (-33,71%), Deutsche Bank (-33,71%), Generali (-31,80%), Societe Generale (-30,64), BNP Paribas (-22,25%), Intesa Sanpaolo (-20,08%) y Santander (-20%). Por otra parte, las bolsas estadounidenses se están comportando relativamente mejor que las europeas aunque el Dow Jones y el S&P500 están perdiendo un 8,33% y un 8,77% respectivamente.
Estamos viendo idas y venidas en las bolsas, intensas caídas y seguidamente fuertes rebotes. Las cotizaciones están inmersas en un entorno de elevada volatilidad desde el mes de agosto en el que se produjo la triple devaluación del yuan por el Banco Popular de China. Tal y como se aprecia en el VIX, que replica la volatilidad del S&P500, la volatilidad ha ido in crescendo y hoy se encuentra disparada. Ante este entorno, los inversores se preguntan ¿Cómo protegerse del entono de volatilidad?
En condiciones más normales, la respuesta simple para los inversores, sobre todo cuando la volatilidad está siendo impulsado por las preocupaciones sobre el crecimiento, es ponderar la cartera a sectores catalogados como defensivos, menos sensibles al ciclo económico. Los ejemplos incluyen ciertos sectores como son servicios públicos, bienes de consumo, eléctricas, etc. La lógica tradicional es que estos sectores están menos expuestos a que el ritmo de crecimiento económico, y por lo tanto, sus cuentas de resultados deberían soportar mejor en una recesión.
También hay que prestar atención al factor de calidad. Por calidad entendemos empresas sólidas con elevados margenes y ROE’s históricos y con un bajo nivel de apalancamiento que no obstaculice su funcionamiento de la empresa en un entorno inestable. Históricamente, las empresas con estos requisitos de calidad han tendido a realizar relativamente bien durante los períodos de aumento de la volatilidad.
En un entorno de volatilidad creciente una alternativa interesante es traspasar el fondo de inversión a fondos de renta fija o fondos monetarios que actúan como refugio en tiempos de pánico. La lógica que hay detrás de este traspaso de fondos es que las plusvalías generadas por un fondo no tributan cuando se traspasa el dinero de un producto y se mete en otro, por lo que muchos partícipes estarían aprovechando la ventaja fiscal del sector para protegerse en productos conservadores. De hecho, desde que se inició 2016 hasta la fecha, estos fondos han sido los grandes beneficiados, atrayendo a 1.800 millones de euros.
Sin embargo, hay un pero que es justo mencionar de los fondos monetarios y de renta fija, y es que por ejemplo en el entorno europeo estamos viendo han aparecido rentabilidades negativas en diferentes letras y bonos, lo que prácticamente asegura una pérdida en estos productos financieros. No obstante, cuando en un entorno de volatilidad las opciones son»perder» y «perder más», el inversor debería valorar siempre la opción más conservadora.