El análisis técnico es una metodología que contienen una gran variedad de técnicas enfocadas a hacer pronósticos de los movimientos del mercado. Los tres pilares que sostienen esta filosofía de inversión son «el precio lo descuenta todo», «el precio experimenta una serie de tendencias» y «la historia se repite». De este modo, el análisis técnico intenta predecir las variaciones de la cotización estudiando los datos de mercado en vez de incidir en el análisis de las cuentas de resultados o bien las proyecciones de un sector como sí lo efectúa el análisis fundamental.
Entre los años sesenta y setenta, en el mundo académico la hipótesis de la eficiencia de los mercados trató de desbancar la torre de marfil que suponía la escuela fundamentalísta en Wall Street, afirmando que la competencia entre los inversores expertos marca las cotizaciones en el nivel que deben estar, un principio muy en línea de «El precio lo descuenta todo» del análisis técnico. Asimismo, en un entorno competitivo y racional los nuevos datos que aparecen en el mercado, como la modificación de perspectivas de un determinado valor, son descontados por los participantes del mercado, de forma veloz mediante compras o ventas, una vez son conocidos por el público, formando así que la cotización refleje el valor real de el activo en cuestión. Una reflexión interesante de la hipótesis del mercado eficiente es que al existir ese descuento por los participantes racionales por la nueva información, los inversores no se pueden beneficiar de la información del mercado, un enfoque que echaría por tierra todas aquellas técnicas chartistas que incluye el análisis técnico y permite efectuar proyecciones para lograr el beneficio sobre el capital empleado. Por ello, en base a la hipótesis del mercado eficiente, el análisis técnico no tiene una finalidad útil en sus proyecciones porque nadie, o al menos el gran público participante del mercado, conoce si los nuevos datos que se publicarán serán o bien positivos o negativos.
Si observamos cualquier gráfico de un índice bursátil parece obvio que el mercado se mueve en tendencias, alcistas, bajistas o incluso laterales. Por ejemplo, si nos centramos en el siguiente gráfico del S&P500 se observa de manera clara, la sucesión de mínimos crecientes en los periodos comprendidos entre 1995 y 2000, 2003 y principios de 2008 y 2009 hasta la actualidad, formando una evidente tendencia alcista. Por contra, tanto entre 2001 y principios de 2003 como entre principios de 2008 hasta finales de 2009, el selectivo bursátil se enfrentó a una sucesión de mínimos y máximos decrecientes, formando tendencias bajistas.
Según la hipótesis de la eficiencia de los mercados y los informes del profesor Eugene Fama, principal defensor de la eficiencia de los mercados, llega a la conclusión que la cotización se ajusta rápidamente a la nueva información sobre la estructura de capital, dividendos y transacciones, por lo que ningún fondo de inversión, gestor de carteras o inversor individual será capaz vencer al mercado, utilizando la información pública. En primer lugar «rápidamente» probablemente no sea el término más adecuado porque los movimientos bajistas en ambos casos del S&P500 han estado en vigor más allá de un año. La presunta eficiencia del mercado llevo a caídas del 52% tras la burbuja punto.com y de un 57,5% tras la burbuja de las subprimes.
Por último, desgranando el principio del análisis técnico » La historia se repite», el análisis técnico refleja que los inversores o partícipes del mercado no tienen por qué permanecer ante principios de racionalidad como sostiene la hipótesis de la eficiencia de los mercados. Es más, en base a este principio, la psicología humana es la clave de los movimientos del mercado, con un enfoque claro a los estados emocionales como el optimismo, la euforia, el miedo o el pánico. Dada la propia condición emocional del hombre en su trayectoria evolutiva, la historia del mercado tiende a repetirse, con sucesivos procesos de euforias desmedidas y pánicos incontrolables.