Ayer, los comentarios del Banco Central Europeo (BCE) elevaron el coste de los préstamos en toda la Eurozona, con el impacto más profundo en Italia, donde los mercados siguen tambaleándose ante la perspectiva de grandes políticas de gasto por parte de un nuevo gobierno.
De hecho, el economista jefe del BCE, Peter Praet, dijo ayer que el banco central confía cada vez más en que la inflación vuelva a subir a su objetivo y que la próxima semana debatirá la posibilidad de desactivar gradualmente las compras de bonos. Las expectativas de que el BCE cancele su programa de compra de bonos a finales de año son verosímiles, agregó el director del Banco Central de Alemania.
Estos comentarios, que se producen justo una semana antes de la reunión del BCE, sorprendieron a los mercados. Las recientes turbulencias en Italia han llevado a algunos inversores a apostar que el BCE adoptaría un tono algo más cauteloso, pero no ha sido así.
Las rentabilidades de los bonos alemanes a diez años subieron 5 puntos básicos hasta el 0,42%, su mayor subida diaria en una semana. Un hecho curioso es que si nos fijamos en la evolución de la rentabilidad del bono alemán a diez años, se aprecia claramente como la rentabilidad del bund se ha incrementando en los últimos dos años, mientras que la rentabilidad del bono español se ha mantenido lateral, lo que ha reducido la prima de riesgo.
Cabe recordar que el 26 de octubre de 2017, el Consejo de Gobierno del BCE decidió que las compras netas se reducirían del ritmo mensual de 60.000 millones de euros al nuevo ritmo mensual de 30.000 millones de euros desde enero de 2018 hasta finales de septiembre de 2018. La intención es que las compras de valores se lleven a cabo hasta que el Consejo de Gobierno vea un ajuste sostenido en la senda de la inflación que sea coherente con su objetivo de lograr tasas de inflación inferiores, aunque próximas, al 2% a medio plazo.
El mercado poco a poco va descontando un menor grado de intervención del BCE. Y la combinación de un BCE agresivo y un probable gobierno italiano derrochador desde el punto de vista fiscal mantendría viva la presión alcista sobre la deuda periférica, lo que perjudicaría a países como España. A día de hoy, los mercados monetarios ahora tienen un 90% de posibilidades de que el BCE suba los tipos de interés para julio del año que viene.
Marc Fortuño