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La salida suave del actual pacto de producción, y quizás su sustitución por otro acuerdo, se ha convertido en la cuestión de política más importante para la OPEP y sus aliados. Bajo la actual «declaración de cooperación», emitida en diciembre de 2016, la OPEP con Rusia y algunos países no pertenecientes a la OPEP se han comprometido a limitar su producción.
En lo que va de año, la cotización del barril de WTI se ha movido alrededor de los 50 dólares, y actualmente su cotización se encuentra en los 52,12 dólares, lo que supone una caída del 3,02% desde los niveles de principios de 2017.
Inicialmente, los límites de producción se habían previsto para seis meses entre enero y junio de 2017, pero desde entonces se han prorrogado nueve meses más hasta finales de marzo de 2018. La declaración original era imprecisa en cuanto a sus objetivos, pero desde entonces los altos funcionarios han indicado que el objetivo principal es reducir los inventarios de petróleo en los países industrializados de la OCDE hasta la media de los últimos cinco años.
La OPEP y sus aliados se encuentran ahora a mitad de camino hacia ese objetivo, con existencias de entre 160 y 170 millones de barriles por encima de la media quinquenal, en comparación con 280 millones al inicio de 2017. Los funcionarios de la OPEP han insistido en su determinación de terminar lo que han comenzado y reducir aún más las existencias el año que viene.
La intención es mantener las manos en el volante hasta llegar a un mercado equilibrado y más allá. Dado que es poco probable que los inventarios se reduzcan a la meta visualizada por la OPEP a finales de marzo, están debatiendo una prórroga de los recortes de producción hasta otros nueve meses.
Pero la tarea más complicada e importante es decidir cuándo y cómo abandonar el acuerdo actual y si hay que intentar sustituirlo por otro acuerdo de producción. La OPEP y sus aliados deben decidir cuándo cambiar el enfoque de limitar la producción y reducir las existencias a una producción creciente para satisfacer la creciente demanda. Si esperan demasiado tiempo, las acciones caerán demasiado, los precios aumentarán fuertemente, la producción del fracking se disparará y el ajuste del mercado petrolero se sobrepondrá.
Arabia Saudita ha indicado hasta ahora que el foco seguirá siendo en la reducción de inventarios y el apoyo a los precios hasta bien entrado 2018, incluso si el reino tiene que ceder cuota de mercado a los productores rivales. Pero a medida que las existencias sigan cayendo, tendrá que tomar algunas decisiones difíciles sobre cuándo ajustar su política de producción y qué combinación de precios y cuota de mercado perseguir.
Marc Fortuño
