El comportamiento del bitcoin en los últimos 3 años, en los que se ha revalorizado un 1.800% y cuya rentabilidad en 2.017 se ha instalado en el 600%, ha llamado la atención de los reguladores financieros de medio mundo, que han comenzado a ver esta divisa como una amenaza sobre el control que ejercen sobre la oferta monetaria y sobre las finanzas de sus países.
El Bitcoin es una moneda digital descentralizada que ningún banco ni gobierno controla, transferible de persona a persona a través del protocolo P2P y que pretende ser utilizado como medio de pago y reserva de valor. Al estar la oferta limitada y tener valor, existe un precio de mercado. Pero ese precio de mercado depende de la confianza de la comunidad en que efectivamente este activo vaya a perdurar en el tiempo y se hace una apuesta a que tendrá valor futuro. Sin embargo, un alza del 5.000% desde 2013 y pasar de los 1000 dólares de enero a los 6800 de hoy parece ser una revalorización excesiva.