Esta es la primera pregunta que os debéis hacer antes de dar el paso a montar una empresa. Y la pregunta no es si sabéis de números, estrategia, finanzas, gestión, recursos humanos, marketing… NO. Todo eso se puede aprender o dejarse asesorar, no es requisito indispensable para crear una empresa (aunque ciertamente, ayudará y mucho, conocer un poco de estas áreas).
Se trata de, si creéis tener las cualidades suficientes para poner en marcha un proyecto.
Aunque, como se dice coloquialmente, cada uno es de “su padre y de su madre”, existen varios rasgos de la personalidad que suelen coincidir entre los que un día se animaron a dar el salto:
- Confianza en uno mismo. Se atreven con todas las situaciones.
- Capacidad de trabajo, sacrificio y entrega.
- Perseverancia, no caen en el desánimo fácilmente.
- Tolerancia al fracaso. No les cuesta volver a levantarse.
- Capacidad de asumir riesgos y responsabilidades.
- Facilidad para tomar decisiones. Si tienen claro algo, van a por ello.
- Habilidades sociales. Se relacionan fácilmente.
- Gran estímulo y motivación.
- Capacidad creativa e innovadora.
- Visión de futuro.
¿Te sientes reflejado? ¿Crees que describe ciertos rasgos de tu personalidad?
Cuantas más capacidades de las anteriormente expuestas tengáis, más posibilidades tendréis de éxito en vuestros negocios. Pues, al fin y al cabo lo más importante no es la idea de negocio o la oportunidad que surja, sino la persona que aplica e implementa esa idea de negocio.
Se han dado múltiples casos en los que la idea de negocio era brillante pero el emprendedor y el equipo promotor no han sabido o no han tenido la capacidad de adaptarla al mercado. Y también al revés, ideas poco brillantes u originales pero que han sido aplicadas al mercado de forma excelente.
Pongamos un caso concreto. Cafetería o bar cerca de casa o del trabajo. Pongo este ejemplo porque de primeras creo que es el sector con más competencia. Según un estudio, en España hay un bar por cada 461 habitantes. No está mal. Ya veremos si la ley antitabaco modifica la estadística, pero ese es otro tema.
Para que sea más fácil comparar, podemos coger de ejemplo, un bar en formato franquicia. La idea es la misma, la decoración del local el mismo, las mismas tapas, la misma vajilla, todo igual. Pero, no. No es lo mismo, depende de quién sea el emprendedor que esté detrás de ese negocio franquiciado, el negocio saldrá adelante con una clientela fiel que valore el trato, producto o servicio, o se irá a la quiebra por una falta de público harto de un trato pésimo y un producto caro y poco diferenciado. Todo dependerá de su gestión. Porque sí, el personal que trabaja ahí también depende de su gestión.
Esto nos podría llevar a la conclusión que, no existen ideas buenas o malas sino emprendedores buenos o malos, pues lo esencial es la implementación de la idea de negocio en el mercado a través de las capacidades y cualidades del promotor y de su equipo.
Un emprendedor ve oportunidades allá donde otros solo ven problemas (Michael Gerber)
¿Tú que ves, oportunidades o problemas?
No es que vea problema, pero asusta lo de dejar todo y ponerte por tu cuenta, no sería mejor empezar algo en paralelo con tu trabajo y cuando empiece a funcionar (al menos un poco) dejar todo lo demás?
Uno puede tener madera de emprendedor pero luego ve las trabas que tiene por todos lados y se le quitan las ganas de cumplir su sueño
Completamente de acuerdo con el artículo, hay emprendedores y no emprendedores… Para llevar tu propio negocio hay que valer!!!
Enhorabuena Patricia!!!
Pues yo admiro a los que deciden arriesgarse, personalmente creo que no tengo, como usted dice, lo que hay que tener. Lo cierto es que creo que apoyaría la iniciativa de mi pareja …. pero la casa a mi nombre!! Hay que reconocer todo lo que arriesgan las personas que se meten en un negocio… pero creo que tiene que ser de lo más satisfactorio si puedes vivir de ello, que dependa de tí…. una sensación increible. Ánimo a los valientes.