Unos obreros estaban picando piedra frente a un enorme edificio en construcción. Se acercó un visitante a uno de los obreros y le preguntó: «¿Qué están haciendo ustedes aquí?» El obrero lo miró con dureza y le respondió: «¿Acaso usted está ciego para no ver lo que hacemos?. Aquí, picando piedras como esclavos por un sueldo miserable y sin el menor reconocimiento. Vea usted ese mismo cartel. Ahí ponen los nombres de ingenieros, arquitectos, pero no ponen los nuestros que somos los que trabajamos duro y dejamos en la obra el pellejo».
El visitante se acercó entonces a otro obrero y le preguntó lo mismo: «Aquí, como usted bien puede ver, picando piedra para levantar este enorme edificio. El trabajo es duro y está mal pagado, pero los tiempos son difíciles, no hay mucho trabajo y algo hay que hacer para llevar la comida a los hijos».
Se acercó el visitante a un tercer obrero y una vez más le preguntó lo que estaba haciendo. El hombre le contestó con gran entusiasmo: «Estamos levantando un Hospital, el más hermoso del mundo. Las generaciones futuras lo admirarán impresionados y escucharán el entrar y salir constante de las ambulancias, anunciando el auxilio de Dios para los hombres.Yo no lo veré terminado, pero quiero ser parte de esta extraordinaria aventura».
El mismo trabajo, el mismo sueldo, la misma falta de reconocimiento; una misma realidad. Tres maneras distintas de vivirla: como esclavitud; como resignación; como pasión, aventura y desafío.
La moraleja de esta historia, da realmente mucho que pensar. No importa lo que hagas para ganarte la vida (siempre que sea legal, claro), la clave del éxito está en querer superarse día a día. Está claro que no todos los días nos apetece levantarnos e ir a trabajar, o incluso, cuando ya estamos en el trabajo, no nos apetece trabajar. Piensa que al final es algo que vas a tener que hacer y si piensas que es un infierno, lo convertirás en un infierno, mientras que si mantienes tu actitud positiva, tu energía, serás más feliz. ¡Sólo depende de ti!
Algunos consejos para mantener esa energía:
- Despierta tus músculos con estiramientos: los estiramientos musculares favorecen la circulación sanguínea y ayudan a mantener una mejor postura.
- En la ducha, varía la temperatura del agua: alterna entre lo más frío que puedas a lo caliente de nuevo, repite este cambio de dos a tres veces.
- Prepara tu cuerpo. Se necesita energía física para para el día a día. Come los alimentos adecuados y haz ejercicio como si se tratara de un plan de negocios.
- Evita a las personas negativas. Este tipo de personas hacen acopio de toda tu energía y te hacen perder el tiempo, por lo que estar con ellos no te traerá nada bueno.
- Concéntrate y haz las cosas de una en una. Si te dispersas en varias cosas a la vez no sólo serás menos productivo sino que también te cansarás más. Además, cada tarea cumplida te dará más motivación.
- Busca cambios en tu rutina. Cuando llegue la hora de tu descanso explora nuevas alternativas, cambia de lugar para comer, da un paseo por sitios diferentes, en fin, lo que se te ocurra.
- Ten objetivos, pero realistas. Si te planteas objetivos imposibles, no los podrás conseguir, te sentirás frustrado y desmotivado.
- Asume la responsabilidad de tus propios resultados. Tanto de los buenos, como de los malos. De los errores también se aprende.
- Que no se te suba el éxito. Está muy bien celebrar los logros y buenos resultados, pero la vida sigue y no puedes vivir de una buena decisión el resto de tu vida. Eso sí, nunca dejes de creer en tí mismo.
- Piensa antes de hablar. Guarda silencio en lugar de expresar algo que no sirva para tu propósito.
¿Eres una persona con actitud positiva?