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Día Internacional de la Felicidad en el Trabajo 2017

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Ojalá puedas sonreír todos los días. Parece algo básico, pero si miras a tu alrededor, a tus compañeros, a tu familia, te darás cuenta que no todos sonríen todos los días. Seguramente pensarás que no es fácil. Esos días en los que no duermes bien, que discutes con tu pareja o con tus compañeros, que la vida te da un revés o cualquier otro caso que te impide sonreír.

Cada 20 de marzo, desde 2013, las Naciones Unidas han celebrado el Día Internacional de la Felicidad como reconocimiento del importante papel que desempeña la felicidad en la vida de las personas de todo el mundo.

En el mundo laboral hay que lidiar con muchas cosas y personas, lo que conlleva que no todos los días puedas sonreír. Desde Inc.com ofrecen una serie de consejos que nos ayudan a ser más felices en nuestro trabajo:

No te compares con los demás. Todos, absolutamente todos, partimos de puntos distintos aún cuando empezamos en el mismo puesto de trabajo. Por eso las comparaciones son una pérdida de tiempo, porque todos tenemos debilidades, y también fortalezas, que nos hacen únicos.

No te obsesiones con lo que no puedes controlar. Si bien es importante controlar todo aquello que sí está en nuestras manos, lo es aún más ser conscientes de que no todo está bajo nuestro control, para poder focalizarnos en aquello a lo que sí tiene sentido dedicarle nuestro tiempo, cómo son nuestros pensamientos y nuestras actuaciones, no los de los demás.

Mantén tus propias fronteras. Tu trabajo es una parte importante de tu vida, claro, pero solo tiene que ser una parte. Sé consciente de hasta qué punto tienes que estar pensando en el trabajo y cuándo empieza a violar tu privacidad personal o incluso tu integridad. 

No prometas más de lo que puedas dar. Es genial ser entusiasta e ir a por todas, pero no te comprometas con cosas que con toda probabilidad, no podrás cumplir, porque esto da pie al fracaso y a la decepción.

Recuerda que todos tenéis las mismas horas. Quejarte de que no tienes tiempo es una falta de respeto ante tus compañeros, que tienen las mismas horas que tú. Tu día tiene 24 horas, y te pueden parecer pocas, pero el suyo también, así que deja de quejarte.

No te tomes tan en serio a ti mismo. Sé capaz de reírte de tus propias debilidades, esto, además de hacerte más feliz como persona, te hace más poderoso ante los demás. Si no puedes reírte de ti mismo, los demás se reirán a tus espaldas.

Sueña despierto. Y es mejor hacerlo de más que de menos. La idea de que soñar despierto es incompatible con trabajar pertenece al siglo pasado. Es cuando dejas que tus pensamientos vaguen, dentro de un imaginario del trabajo, claro, que probablemente tengas las mejores ideas respecto a tus tareas y a tu carrera.

No dediques tiempo al odio. No merece la pena dedicarle ni una pizca de tu energía a pensar mal de los demás, porque es un parásito emocional que corroe tu salud. Si algo funciona mal y puedes cambiarlo, hazlo. Si no, olvídalo.

Haz las paces con tu pasado. Centrarte en los errores del pasado y las injusticias por las que te ha tocado pasar es como conducir un coche solo mirando por el retrovisor. Vas a seguir yendo en la misma dirección hasta chocar con algo que ni siquiera has visto.

No trates de ganar cada discusión. Algunas batallas no vale la pena lucharlas, porque muchas personas son más fáciles de tratar cuando creen que han ganado la discusión. Lo importante es llegar a un acuerdo y trabajar en una misma dirección, independientemente de quien propuso la idea.

Recuerda que eres el único responsable de tu felicidad. A pesar de que algunos entornos de trabajo sean especialmente hostiles, no les des la culpa a los jefes o a los compañeros. Te debes a ti mismo tu posición o la opción de buscar una alternativa que te haga más feliz.

Sonríe y ríe con más frecuencia. Contrariamente a la creencia popular, la sonrisa y la risa no son el resultado de ser feliz, sino parte de un ciclo que crea y refuerza la felicidad, Encuentra razones para sonreír y trata de no reprimir ni una carcajada.

No desperdicies tu energía en cotillear. Puede ser divertido, pero es dañino. Antes de explicar alguna historia sobre algún compañero, pregúntate si estás seguro de que es cierto, si estás seguro de que es malo, si es necesario contarlo y sobre todo si te gustaría que alguien contara una historia similar acerca de ti.

No te preocupes de lo que los demás piensan de ti. No puedes leer la mente de los demás ni conseguir caerle bien a todo el mundo. Es una pérdida de tiempo dedicarle tu energía a esto, simplemente sé cómo eres, deja que los demás piensen lo que quieran.

Recuerda que todo pasa. Una situación, por mala (o buena) que sea, acaba pasando, porque la naturaleza del universo es el cambio. Todo es transitorio, así que si algo te está amargando, visualiza su final, porque también llegará.

Tira a la papelera todo lo que no sea útil o bonito. Pasas alrededor de una tercera parte de tu vida en el trabajo, así que no lo llenes de cosas inútiles y aún menos si no son bonitas. Limpia tu mesa de vez en cuando en sentido literal y figurado.

Lo mejor aún está por venir. Como filosofía de vida, no importa qué, pero seguro que vendrán cosas buenas. Muchas personas encuentran en su jubilación el momento más dulce de su vida, después de una larga vida laboral, y seguro repleta de malos ratos pero también de grandes satisfacciones.

 ¿Eres feliz en tu trabajo?

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