¿Cuánto tiempo llevas en tu trabajo? Si hasta hace no muchos años una persona podía pasar toda su vida laboral en el mismo trabajo, esto está cambiando radicalmente. Ahora nos movemos, hacemos cosas diferentes en diferentes empresas. Raro es la persona que se jubila en la misma empresa en la que empezó.
Según un artículo publicado en Forbes , permanecer durante largos periodos en un mismo puesto afecta de manera negativa:
- Curriculums “vacíos”. En primer lugar, el hecho de tener una escasa experiencia, no tanto de tiempo, pero sí en el número de empresas o puestos de trabajo, puede transmitir una falta de habilidades, conocimientos o desconexión de las nuevas tendencias laborales.
- Pérdida de contactos profesionales. En la medida en la que accedemos a actividades en distintos sectores, la agenda de contactos profesionales aumenta, lo que nos permite, por un lado, cubrirnos las espaldas a la hora de perder un trabajo y, por otro, conocer nuevas perspectivas en las formas de trabajo, objetivos y proyectos que podríamos aplicar a nuestra propia rutina.
- Desactualización. El hecho de permanecer durante mucho tiempo en un lugar, nos aleja de la práctica de búsqueda de empleo y, por tanto, resulta un esfuerzo extra buscar cómo están evolucionando los negocios, qué se busca, qué se pide o cuáles son las habilidades más valoradas.
- Limitación a la zona de confort. Cuando una persona accede a un puesto nuevo, pone en marcha una serie de mecanismos de adaptación que puede no ser usados de manera habitual durante la rutina laboral. Requiere un análisis de situación, un impulso de nuestras capacidades por seguir un ritmo preestablecido, el acceso a nuevos métodos de trabajo etc. Todo ello, puede incluir errores, pero también, oportunidades para mejorar.
- Estancamiento profesional. A menudo, pasar mucho tiempo en un mismo punto repercute de forma negativa en la motivación ligada a la búsqueda de nuevos retos. La rutina acaba por relegar a un segundo plano al individuo y sus potenciales talentos. Habilidades, quizás, aún por desarrollar sólo porque no se ha tenido la oportunidad de hacerlo, y esta situación de comodidad laboral tampoco le invita a llevarlo a cabo.
- Aislamiento. Pese a que es posible que el trabajo le lleve a relacionarse con otras personas de la misma empresa, este estancamiento profesional anula la diversión en el trabajo, y provoca que se esté más pendiente de disfrutar del tiempo fuera de la oficina que dentro, bloqueando la visualización de las oportunidades de avance profesional que puede ofrecerle la propia empresa.
- Pérdida de la autoconfianza. Permanecer mucho tiempo en la zona de confort menoscaba la confianza personal e impide marcarse nuevas metas. No está habituado a enfrentarse al riesgo de lo desconocido y el temor al fracaso, acaba por reforzar esa situación de bloqueo laboral.
- Pérdida de la autoestima. Un cambio repentino (como la desaparición de un puesto de trabajo) puede destruir su autoestima. El hecho de estar en constante movimiento, ya sea de forma voluntario o no, facilita el autoreciclaje profesional, pero, sobre todo, supone un análisis contante de nuestras habilidades y fortalezas con el fin de ser los candidatos seleccionados y, por tanto, un refuerzo de nuestro valor personal.
- Enfoque cuadriculado. Ser flexible permite tomarse las situaciones adversas de forma positiva, una cualidad que se adquiere en un entorno laboral impredecible. De otro modo, uno se queda anclado en un enfoque cerrado, donde el trabajo es una rutina, cuyos límites están definidos.
- Limitación personal. Al final las personas somos un cúmulo de experiencias. Estar encerrado durante mucho tiempo en una situación que nos es cómoda pero aburrida nos limita esas experiencias que nos permiten conocernos mejor, crear nuevas habilidades, potenciar nuestros puntos fuertes y darnos, en definitiva, la posibilidad de destacar.
¿Cuánto tiempo llevas en tu trabajo?