Muchas veces, por hacer algún favor a un compañero, nos cargamos innecesariamente de trabajo, pero es que no hemos sabido decir NO. Lo peor es que muchos compañeros o el jefe se pueden llegar a aprovechar de esto y tú cada vez tendrás más y más trabajo.
Adam Grant, profesor de la Wharton Business School había presumido siempre de estar disponible para todo aquel que necesitara su ayuda, pero hay una gran diferencia entre complacer a la gente y ayudarla: “Ser generoso no consiste en decir que sí a todo lo que te pide la gente, todo el tiempo. Se trata de decir sí a algunas de las personas (gente también generosa o que pueden aportarte algo), a veces (cuando no vas a comprometer tus metas y ambiciones) y a algunas de las peticiones (cuando las habilidades y recursos que puedes aportar son de verdad relevantes)”.
En definitiva, explica Grant, “decir ‘no’ te libera para poder decir que sí cuando más importa”. Pero esto tiene una contrapartida: ¿cómo puedes negarte a algo sin romper puentes con quien te pide ayuda y sin poner en peligro tu reputación?. He aquí las claves:
Ahora mismo estoy hasta arriba
Esto es algo que puedes decir si te encuentras muy abrumado, pero siempre puedes dejar la puerta abierta a poder ayudar a esa persona dentro de un tiempo. algo así como: «dame unos días para que acabe este proyecto que es muy urgente y después ya te ayudo».
No estoy cualificado para hacer lo que me pides, pero aquí puedes encontrar ayuda
Muchas de las peticiones de ayuda que recibimos están muy alejadas de nuestra especialidad y decir “sí” es más un incordio que una ayuda. Para quedar bien con este tipo de gente, puedes recomendar que miren ciertas webs o libros sobre los temas para los que la persona pide ayuda.
Esto no es de mi competencia, pero conozco a alguien que puede ayudarte
En ocasiones, aunque no podamos ayudar directamente a una persona conocemos a alguien que sí podría hacerlo. No obstante, tiene una importante contrapartida: si hacemos esto a menudo, nuestros colaboradores pueden acabar hartos de nosotros. Antes de redirigir la petición de una persona a un colega, tienes que estar seguro de que la persona que pide ayuda es de fiar. Además, debes hablar antes con tu contacto, para saber si está disponible y tiene interés por ayudar a la persona que vas a presentarle.
Contacta con mi compañero
Puede llegar un momento en el que recibas tantas peticiones, que no puedes llegar a atenderlas todas. Muchas ni siquiera son tuyas, pero te vas comprometiendo a resolverlas hasta que no puedes más. Es importante que aprendas a delegar y cuando estés desbordado, asume tu trabajo y lo que no sea tuyo, pásaselo a los responsables del área correspondiente.
¿Sabes decir «no»?